Recientemente, no recuerdo exactamente cómo, me encontré buscando por la Red un libro de Carlos Taibo sobre decrecimiento con el que deseaba hacerme (en concreto, se trataba de En defensa del decrecimiento: sobre capitalismo, crisis y barbarie) y me encontré entonces con otro título, firmado tanto por él como por José Luis Sampedro, llamado Sobre política, mercado y convivencia, que agrupa una serie de conversaciones mantenidas por ambos autores en torno a temas que afectan cada día más a nuestras vidas. ¿Cómo es posible concebir la globalización únicamente desde una perspectiva económica? ¿Son necesariamente negativos los nacionalismos? ¿Qué clase de justicia existe en un mundo donde cada vez existen más desheredados del llamado estado de bienestar? ¿Es factible seguir "creciendo" al ritmo actual?
¿Dónde está la regulación del mercado? Aceptamos sin problemas que se regule el mercado de los alimentos, que haya leyes que impidan, por ejemplo, que nos den alimentos adulterados y que obliguen a determinar una fecha de caducidad... Pero si se trata de corregir el empleo del dinero y de las inversiones, de conocer lo que se hace con uno y con otras, de ver cuáles son los mecanismos de distribución de la renta, entonces ahí se descarta la regulación. Es decir, las que gobiernan son las fuerzas privadas -mal llamadas ciegas- que se mueven en el mercado. Mientras que con los alimentos, con los productos farmacéuticos y con alguna cosa más se entiende que no hay que fiarse únicamente de esas fuerzas del mercado, en cambio, cuando se trata de la explotación de los obreros por los empresarios, sí debe ser el mercado el que resuelva las cosas.
Carlos Taibo es profesor Titular de Ciencia Política y de la Administración en la Universidad Autónoma de Madrid y de la trayectora de José Luis Sampedro podría hablarse durante horas, pero simplemente apuntaré que su labor como excelente economista ha debido coexistir con su más que merecido reconocimiento como novelista. Autor de obras imprescindibles como La sonrisa etrusca, La vieja sirena, El río que nos lleva (en cuya versión cinematográfica participó su malogrado tocayo, Labordeta) u Octubre, octubre, recomendaría encarecidamente la lectura de otras obras suyas, de índole similar a la que traigo hoy aquí, pues acercan al lector llano a los entresijos de la maquinaria económica mundial de una forma asequible y amena. Se trata de El mercado y la globalización, y Los mongoles en Bagdad. Pero volvamos a Sobre política, mercado y convivencia, un libro que aglutina, como decía, varias conversaciones sobre interesantes cuestiones que ocupan los noticiarios de forma continua.
Uno de los datos que hay que manejar es el relativo a lo que se ha dado en llamar deuda ilegítima. Hay, por desgracia, ejemplos dramáticos de créditos librados por el gobierno español que hoy alimentan la deuda externa y que reflejan con toda su entidad el vigor del problema. Menciono un ejemplo: la deuda de Somalia con España es el producto de dos créditos correspondientes al llamado Fondo de Ayuda al Desarrollo y librados en los años 1987 y 1989. Los créditos en cuestión permitieron que el entonces dictador somalí, Siad Barré, adquiriese armas en España. Conviene que subrayemos que no ocurrió en la etapa de José María Aznar como presidente, sino en los años de presidencia de Felipe González, algo que me parece que retrata de manera cabal, de nuevo, determinadas tendencias en la política exterior española que se resumen en una regla mayor: los principios quedan siempre arrinconados cuando los intereses están de por medio. Mientras esos principios se enuncian retóricamente en las grandes conferencias, lo que hay por detrás es, por desgracia, lo de casi siempre.
Al estar enfocado como una transcripción de las conversaciones mantenidas por Taibo y Sampedro, su lectura es casi tan amena como si estuviéramos escuchándoles (os recomiendo echar un ojo a la entrevista de la que, en Andanzas de un trotalomas, publiqué un fragmento), el libro es breve y se devora en poco tiempo. Incluso a pesar de lo que pudiera parecer, Lupi no se ha quedado dormido leyéndolo sino que está reflexionando sobre los mensajes que nos ofrece, je, je...
Os dejo, por fin, con otro extracto de conversación referente a la llamada "comunidad internacional".
El fondo de la cuestión [...] estriba en que no hay comunidad internacional en el sentido de identidad colectiva y de altos valores compartidos por todos, sino solamente interdependencias de intereses y los consiguientes enfrentamientos. La famosa y egoísta globalización está muy lejos de responder a una conciencia cosmopolita. en esta nave espacial que es el planeta, unificada por la técnica, muy pocos se sienten ciudadanos del mundo.
En resumen, un debate que os invito a descubrir y del que, para muestra, un botón, aquí podéis encontrar el último de los capítulos, añadido en la edición más reciente y referente a la crisis mundial actual.
¡Feliz lectura!