lunes, 30 de mayo de 2011

Una irresistible propuesta

Uno de los aspectos que más me gusta de las ferias del libro es poder conocer a quienes están detrás del papel, ya sea a los propios autores, ya a los traductores, editores y, casi siempre estos últimos, libreros. No obstante, no soy amigo –generalmente, aunque en ocasiones me pueda la mitomanía– de guardar largas colas para llevar conmigo un ejemplar firmado en el que, con suerte, el autor se haya molestado en estampar mi nombre junto al suyo. Prefiero los encuentros espontáneos, donde la conversación con los referidos protagonistas, verdaderos Homo libris, surge sin más y termino llevándome la grata sensación de haber encontrado a alguien enamorado verdaderamente de los libros.

Algo así nos ocurrió durante la última Feria del Libro de Granada a Azote y a mí. Andábamos deambulando entre las últimas novedades editoriales deseando encontrarnos con alguna ganga, algún libro sorprendente o ambas cosas, cuando me hicieron una humilde propuesta. Estábamos ante la caseta compartida por la editorial El Olivo Azul (por lo que más queráis, echad un vistazo a su colección Narrativas, donde no me faltó libro por desear) y Ediciones Traspiés, una pequeña editorial granadina, mis manos recorrían los títulos de la colección Vagamundos allí expuestos y Azote me dijo en ese momento: “Una humilde propuesta, ¿lo leíste?”. Ante mi negativa, comenzó a relatarme las maravillas de esta breve pero contundente sátira de Swift y a ella se le sumó una voz masculina. José Antonio López, editor, al habla.


Comenzamos a intercambiar opiniones sobre libros, dificultades del mercado editorial y lo admirable de emprender una aventura dentro de este mundillo. Yo, que lustros atrás acaricié la idea junto a unos amigos (editábamos por aquel entonces una revista cultural en Granada, nuestra tercera publicación tras una de temática musical y otra que fue absorbida por una asociación) no puedo más que envidiarles sanamente desde mi admiración hacia ellos. La propuesta de Vagamundos, nos decía José Antonio, es la de una colección donde imagen y palabra se aúnen en un todo. Libros ilustrados presentados en una edición de calidad, con un papel excelente y un primoroso cuidado por el detalle. Y esto no lo afirmaba ya el editor, sino yo mismo tras hojear algunos ejemplares, tras dejarme convencer por él, por Azote y, ¡qué diablos!, por el propio Swift. Además, entretanto había llegado a la caseta el traductor y prologuista del libro, Federico Villalobos, que tuvo a bien dedicárnoslo a Azote y a mí. A José Antonio le comenté que escribía en este blog y que, para bien o para menos bien volvería a saber de mí ya que, aunque no reseño todo cuanto leo, me apetecía escribir sobre este grato encuentro y sobre mis pareceres respecto al libro.

Trájeme a casa el librito desde el que el autor de Los viajes de Gulliver –curiosamente, una de de las lecturas de las que guardo un más temprano recuerdo, en una edición infantil, claro está, y que nada tiene que ver con una segunda aproximación, ya como adulto– se burló de las políticas que mantenían sumida a Irlanda en la pobreza lanzando una propuesta que escandalizaría a tantos en su época. Los hijos de los pobres servirían a su país de la mejor forma en que podían hacerlo: supliendo la falta de alimento provocada por las malas cosechas, ocupando el lugar que les correspondía a la mesa de los más pudientes. Me quito el sombrero ante el desparpajo y el afilado sentido del humor de que hace gala Swift en una obra que, por fuerza, no pudo ser bienvenida en su época. Denunciaba el trato que se daba a unas gentes que vivían como ganado y que, por tanto, poco más podían esperar que ser devoradas como tal. ¿Ha cambiado esto en lo esencial a día de hoy?

viernes, 20 de mayo de 2011

La justicia

"[...] La desigualdad de las leyes y la execución dellas es comparada a la tela de la araña, que las moscas quedan presas en ellas y las aves rompen y passan de largo."
Ferrer Lerín, Bestiario, Barcelona, Círculo de Lectores/Galaxia Gutenberg , 2007
Sebastián de Covarrubias, Tesoro de la Lengua Castellana o Española, Barcelona, Editorial Altafulla, 1998.
Collin de Plancy, Diccionario infernal, Barcelona, Editorial Taber, 1968.

miércoles, 11 de mayo de 2011

De ferias del libro, ondas hertzianas y otras hierbas

El pasado fin de semana, y pese a que el transporte público hizo de las suyas en un par de ocasiones, tanto Azote como yo pudimos visitar la Feria del Libro de Granada en el único fin de semana en el que coincidiríamos con su celebración este año. 

Siempre he sido más amigo de las ferias de libros antiguos y de ocasión porque, generalmente, uno suele encontrar desde verdaderas gangas a preciosidades que cuesta incluso abrir por miedo a estropearlas. Sin embargo, la Feria del Libro que en Granada suele celebrarse siempre a principios de la primavera invita a descubrir novedades, pequeñas joyas en forma de ediciones cuidadas y presentadas por editoriales prácticamente desconocidas y libros relacionados de un modo u otro con una ciudad de la que irremediablemente quedamos prendados.

Este año, al descubrimiento de un par de editoriales (la cordobesa El Olivo Azul, de quienes me enamoró su colección "Narrativas", y la granadina Traspiés, con su Vagamundos) y de una exquisita obra que vino conmigo (os hablaré de ella una próxima entrada) se sumó el placer de reencontrarme con una amiga a la que no veía desde años atrás. Aunque nunca perdimos el contacto fue necesario coincidir en aquella encrucijada para volver a vernos. Recordamos viejos tiempos frente al micrófono, cuando llevaba junto a un amigo una sección sobre medio ambiente en la radio local, y nos propusimos retomarlo de una u otra forma; ojalá lo hagamos realidad. Curiosamente, horas después me topaba con otro viejo amigo, con quien también hice radio en su día en un programa más "rockero-metalero" y junto a quien, además de otros amigos llegué a editar tres revistas culturales (fundando juntos una de ellas).

En aquel ínterin, Azote y yo aprovechamos para acudir a una charla-coloquio sobre la traducción de sagas nórdicas que, por desgracia, no resulto del todo de nuestro agrado. Si bien resultaba a todas luces evidente la competencia de los cuatro conferenciantes en sus labores de traducción, lo cierto es que el debate me pareció improvisado y centrado en recrearse en esos conocimientos. El culmen llegó cuando, indicando que la temática épica en la literatura nórdica había quedado obsoleta, planteándose entonces el uso de la novela negra como motor de denuncia social, algo que la diferencia de la de nuestras latitudes, decidí no seguir en aquella sala. ¿Dónde quedaban, entre otros, Vázquez Montalbán o González Ledesma? Indignado, decidí irme a las casetas a ver libros y he aquí que me encontré con una joya a un precio irrisorio y que, al abrirlo por una página, me lanzó esto a los ojos:
Aparecida en España con Pedrolo, Fuster y Vázquez Montalbán y conocida principalmente a través del cine negro y posteriormente de las traducciones de autores norteamericanos, la novela negra en nuestro país presenta como caracteres más notorios el retrato normalmente crítico y siempre realista de la sociedad española, la tematización del concepto moral de justicia y el planteamiento de las conexiones entre el delito y la estructura social.
[...]
Francisco GONZÁLEZ LEDESMA, abogado barcelonés y autor de libros sobre Derecho y periodista que ha trabajado en El Correo Catalán y luego de redactor jefe en La Vanguardia, después de su obra de juventud Sombras viejas que obtuvo el primer Premio Internacional de Novela instituido por J. Janés y estuvo prohibida durante mucho tiempo por la censura franquista, ha escrito varias novelas criminales que reflejan la vida de las diferentes clases sociales barcelonesas y muestran las imbricaciones entre delito y altas esferas, sobre todo a través de su principal personaje, el viejo, cansado y escéptico policía Méndez.
La crítica social es la base de El expediente Barcelona, finalista del premio Ciudad de Valencia 1983...
La novela criminal española, José R. Valles Calatrava. Universidad de Granada.
Los hados me hablaban (desde la frías y remotas regiones del norte de Europa, imagino). El ensayo de Valles Calatrava venía a corroborar precisamente la importancia del factor social en la novela negra española.

Por lo demás, disfruté a lo grande viendo libros y descubriendo (atención si os interesa y pasáis por Granada) que la enciclopedia Fauna Ibérica de Félix Rodríguez de la Fuente está completa disponible a 20 €, igual que la 22ª edición del DRAE.

¡Feliz lectura!

domingo, 1 de mayo de 2011

Día Internacional de los Trabajadores

Le perdíamos ayer, y aunque únicamente pensaba escribir la entrada sobre Thoreau en Andanzas de un Trotalomas, tras el deceso ayer de Ernesto Sábato he querido que unas palabras suyas acompañen la reflexión a la que invito allí.

Cada mañana, miles de personas reanudan la búsqueda inútil y desesperada de un trabajo. Son los excluidos, una categoría nueva que nos habla tanto de la explosión demográfica como de la incapacidad de esta economía para la que lo único que no cuenta es lo humano.

Antes del fin
, Ernesto Sábato.
Si nos cruzamos de brazos seremos cómplices de un sistema que ha legitimado la muerte silenciosa.

La Resistencia, Ernesto Sábato.