martes, 24 de abril de 2012

Estudiar, estudiar...

Francisco González Ledesma, tan agudo como siempre, retrataba en El expediente Barcelona una realidad que a día de hoy, en estos tiempos de recortes y de vuelco hacia una "Nueva Edad Media" en todo lo tocante a la cultura (y todo lo que esta engloba: literatura, artes, ciencia...), resulta de especial vigencia:
A mí todo eso del Milanés, tantos sacrificios, tantas humillaciones y tanto hambre para estudiar (porque encima pasaba hambre) me parecía un esfuerzo estéril. Qué quiere que le diga. Yo solo había estudiado comercio en la Escuela Especial, que entonces estaba en la calle Balmes, y tenía más que suficiente. Soy de los que creen que en España sobra gente de carrera. Tú vas a pedir un carpintero o un lampista y estás listo. No los hay. Pide un ingeniero, un médico, un abogado, un químico, y no hablemos de un maestro, y el problema es tuyo, porque la cola llega hasta la frontera. El padre, además, siempre lo decía: «El talento y la cultura, en sí, no los valores nunca. Bien mirado, no son nada. Los que lo tienen dicen que eso vale mucho y que no se vende. No te dejes engañar nunca: lo terrible para ellos es que no se compra».

jueves, 19 de abril de 2012

Diario de Golondrina

Uno nunca es tan feliz como cuando encuentra el medio de perderse.
Últimamente me encuentro bastante disperso; entre el trabajo, la carrera y otras obligaciones autoimpuestas en aras de no convertirme en “basura tecnológica”, lo cierto es que tengo poco tiempo para nada. Eso redunda en un descenso terrible en las entradas de los blogs y en poco tiempo para leer, tal vez lo que más eche en falta. Mi ritmo de lectura ha descendido tanto o más que mi capacidad de concentración, y lo único que ha aumentado es mi insatisfacción hacia lo que escribo. Últimamente todo lo que sale de mis dedos me parece carente de inspiración, inane, sin chispa. De ahí que, aunque tengo varias entradas en la recámara, no me decido a dispararlas. También es el motivo por el cual últimamente estoy intentando leer libros breves, de cien o doscientas páginas, y estoy acariciando la idea de volver a los relatos, a esos cuentos escritos por verdaderos maestros y que tantas satisfacciones me dieron en el pasado.

El último libro que he leído (ayer mismo, en el trayecto de ida y vuelta al trabajo en transporte público) ha sido Diario de Golondrina, de Amélie Nothomb. Había oído hablar mucho y bueno de esta autora francojaponesa, hace tiempo a un gran amigo de cuyo criterio me fio ciegamente y algo después a algunos de quienes este blog frecuentáis. En particular, por las reseñas que ha ido publicando Isi siempre se me antojaron libros interesantes, y cuando fue la autora elegida para leer en Bibliolandia pude al menor conocer vuestras impresiones. Azote tiene algunos de ellos en francés, pero no fue hasta que el otro día, cuando encontré este libro en la biblioteca pública que, finalmente, me hice con algo suyo.


Estamos ante un libro breve, muy breve, aunque esta parece ser la tónica de la autora a la hora de escribir sus novelas; lo hace en cuadernos, siendo esta novela uno de ellos. Si es el caso, lleva a cabo un juego metaliterario más que evidente, del tipo que le gusta a Paul Auster, donde en la autoría de la historia se dan la mano la autora y el protagonista principal. Diario de Golondrina nos acerca a la figura de Urbano, un repartidor de nombre antes desconocido, que tras un desengaño amoroso y una pérdida total de la capacidad de sentir emociones, se convierte en asesino a sueldo que adopta ese nombre.

Nothomb describe la desazón de un personaje que, desahuciado del mundo de los sentimientos, solo encuentra placer en lo extraño, en aquello que le resulta nuevo y desconocido. Siendo así, no es de extrañar que en su afán por encontrar algo que le estimule llegue a aceptar el trabajo de asesino a sueldo. Cuando descubra cuánto le excita arrebatarle la vida a seres desconocidos se habrá convertido en el más despiadado de cuantos asesinos contrata el ruso Yuri, que ejerce de intermediario entre estos y su desconocido mas omnipresente jefe.

Lo cierto es que el libro me ha gustado, tal vez porque la autora hace gala de su buen oficio con la pluma, aunque la historia parece poco creíble, un poco traída por los pelos, y el final de la novela resulta abrupto, demasiado abierto y con un desenlace previsible. También he leído que Amélie Nothomb suele ser mucho más caustica, más irónica en otros libros. Este, por lo pronto, me ha animado a leer más obras suyas, así que ya os iré contando.

¿Y a vosotros? ¿Qué os parece Nothomb? ¿Y esta obra suya? Contad, contad…

martes, 3 de abril de 2012

Concurso "Una sombra en Pekín"

¿Te gusta leer? ¿Y comentar en los blogs literarios sobre los libros que has leído y te gustan? Si estás en un blog como este, mucho “me temo” que cumplas con ello. Máxime si tienes un blog y, sobre todo, si te animas a participar en el concurso que la Editorial Traspiés nos ha hecho llegar: “Una sombra en Pekín”.


Las reglas son muy sencillas y puedes encontrarlas en su blog. Básicamente se trata de escribir una reseña del libro del mismo título (Una sombra en Pekín, de José Ángel Cilleruelo), hayas participado o no en la lectura conjunta que propuso la editorial para los meses de febrero y marzo del presente año. Una iniciativa, por otro lado, nada desdeñable, y a la que espero sumarme con otro título no dentro de mucho. Una vez publicada la reseña, simplemente has de pasarte por alguno de los blogs que constituyen el jurado (La caverna literaria, De todo un poco, Cazando estrellas, Libros que voy leyendo y El universo de los libros) y dejar un comentario con el enlace a tu reseña.

El premio consistirá en uno de los tres lotes de cinco libros, a elegir del catálogo de Traspiés, y un original (70 x 100 cm) de Juan Gonzalo Lerma, el ilustrador del libro.

¿Hasta cuándo puedes participar? Todavía te da tiempo, pero no puedes dormirte en los laureles. Tienes hasta el 10 de abril para publicar tu reseña. ¿Qué mejor forma de aprovechar la lluviosa Semana Santa que parece avecinarse que aprovechar para disfrutar de la lectura de un buen libro?

Disfrutad de la lectura y, quien los tenga, de unos días de asueto.