viernes, 26 de marzo de 2021

El muelle

En este 2021, aparte de leer más, me he hecho el propósito firme de volver a escribir. Como lo hacía antes, sin pretensiones pero también buscando mejorar. Aunque no dejan de ser meros ejercicios, creo que también pueden contribuir a revitalizar un poco el blog. Las reseñas de nuevos libros también irán viniendo. De momento, lo que llega es un brevísimo relato.

La fotografía es de libre descarga (y autoría desconocida) y puede encontrarse aquí.


La noche que llegué a Italia la marea estaba alta y en el puerto se ocultaban bajo las aguas los oscuros mejillones y las lapas pegadas al maderamen de sus pilares. Crucé el puente sin saber qué rumbo tomar y vi a lo lejos el bulto oscuro de un hombre echado sobre unos fardos que aparentaban ser bastante pesados. Decidí acercarme a él, idiota de mí, esperando obtener algo de información, un poco de conocimiento sobre en qué lugar pasar la noche, dónde comer o encontrar un trabajo esporádico en el que ganar unas monedas.

El río que desembocaba junto al puerto brillaba en la noche con un lóbrego resplandor plateado, como una luna licuada que se arrastrase sobre la tierra serpenteando desde la distancia. El hombre no soltó prenda y yo, obcecado por la necesidad, saqué del bolsillo una esquirla de río, fría y brillante, y la hundí en el vientre del borracho, sintiendo en la mano el denso y cálido flujo de la fuente, que borboteaba antes de manar como arroyo y acabar muriendo junto al mar.

No llevaba mucho encima. Un puñado de monedas que me eché al bolsillo mientras me alejaba silbando, buscando dónde descansar.


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