viernes, 1 de enero de 2010

Jugando con el tiempo

Resulta delicioso poder jugar con el tiempo, no a la manera científica y realista que Einstein expusiera en su Teoría de la Relatividad General sino, simplemente, con un sencillo truco que jamás podría alcanzar la categoría de la magia y que consiste meramente en que el momento en que escribo pertenece al año 2009 y, sin embargo, sólo verán la luz de su publicación cibernética en los primeros segundos del próximo 2010, justo cuando buena parte de este país esté pendiente de las campanadas que anunciarán la llegada de este. Por supuesto, no puedo hacer nada con la diferencia horaria de las Canarias (lo siento, Elwen ;)), ni por todas las personas que sobreviven en un inframundo donde las alegrías del cambio de año son más bien pocas. Bueno, tal vez sí pueda hacer algo, y es recordarlas, traerlas aquí de una forma tan presente como lo hace el libro que constituye el origen de la entrada de hoy y que, en ciertos aspectos, tanto me ha recordado al Londres descrito por Dickens. Eso sí, no estamos ante un folletín, sino frente a una novela que parece destilar la mejor esencia de las aventuras decimonónicas de Dumas, Stevenson, Scott o Verne, entre otros.

Conocí el libro gracias a la recomendación que hiciera Alienor en su blog, hace ya unos meses. En estos últimos años, una vez reconciliado con la Fantasía tras numerosos encuentros en el pasado con bodrios y obras infumables de todo tipo, he estado abierto a encontrarme con obras de gran calado y que, ciertamente, merecen sobradamente la pena. Entre ellas se cuentan, por ejemplo, Canción de Hielo y Fuego, de George R.R. Martin, la saga de Geralt de Rivia, de Andrzej Sapkowski y obras de Ellen Kushner como A punta de espada y El privilegio de la espada. Así que, cuando nos dijo que Las puertas de Anubis, de Tim Powers, era una obra más que recomendable, con viajes en el tiempo, magia egipcia y ¡Coleridge! tuve que hacerme con él.

Lo cierto es que comencé a leerlo hace unos meses y, cosas del trabajo, decidí dejarlo. No terminaba de centrarme en él, aunque ya su prólogo me atrapó, y andaba leyendo varios ensayos a la vez y, no sé porqué, pensé que tenía que darle tiempo. Dejar que llegase su momento, cuando ningún otro interfiriese demasiado en su lectura. Así fue que pasaron los meses y, llegando noviembre, lo tomé una vez más de la estantería. Y fue la definitiva. Devoré sus páginas con la necesidad de saber qué ocurría más allá, siguiendo a Brendan Doyle en un loco (pero deliciosamente bien tramado) viaje en el tiempo desde los años 80 del pasado siglo hasta el Londres de 1810, donde las conjuras de malvados de una y otra época se unieron para derrocar reyes e instaurar a otros, seguidores de antiguos y (no tan) olvidados dioses. A todo esto asiste nuestro querido Doyle, especialista en literatura que se embarca (¿qué otra palabra usar si no para surcar océanos de tiempo?) en este viaje para asistir a una conferencia de Coleridge y que no regresará a su tiempo porque... bueno, no os diré más que un payaso que deja al de It a la altura del betún dirige una compañía de ladrones en los suburbios londinenses, que andan en el juego unos gitanos que obedecen al ka del doctor Romanelli y un ser transmutador de almas que es capaz de apoderarse de los cuerpos de otras personas y que Doyle intentará conocer al poeta en que es especialista, William Ashbless, aunque quién sabe si lo conseguirá…

Ah, y también añado que tenéis que leerlo, que os va a encantar, que revisando los libros que he descubierto durante 2009 en el blog no he encontrado ningún otro que me haya apasionado tanto (y los hay que me han gustado, y mucho). Y es que su toque decimonónico hace que me retrotraiga a la infancia, a esas novelas inolvidables que escribieron algunos de los autores que mencionaba al comienzo y que, para bien o para mal, han hecho que mi estilo al escribir sea, como lo describe Azote (y coincido con ella, aunque no consigo cambiarlo) “excesivamente adjetivado” y, añado yo, “demasido engolado”.

En un resumen que no es mío pero que suscribo palabra por palabra, “Si te gusta leer, Tim Powers. Si te gustan las buenas historias bien narradas, Tim Powers. Si te gusta la literatura clásica, Tim Powers”. ¿Qué hacéis aún aquí, insensatos? ¡Corred, corred a por Las puertas de Anubis! ¡No viváis en la ignorancia en que lo hacía yo antes de conocerle! ;)

Por cierto, en mi lista de pendientes para 2010 ya se encuentran La fuerza de su mirada. Por lo pronto, y aunque me consta que es una novela primeriza, ya tengo por aquí Esencia oscura, que encontré en una librería de ocasión, esperando a ser leída. Eso sí, antes vendrán Amaya y los vascos en el siglo VIII, de Navarro Villoslada y Los años perdidos de Sherlock Holmes, de Jamyang Norbu, un pastiche holmesiano que no pinta nada mal. Ante la conjunción de estos títulos no me queda más remedio que afirmar:

¡Viva el XIX!

P.S.: Os dejo, como no podía ser de otro modo, con la visión de Iron Maiden de la Balada del Viejo Marinero incluida precisamente en su disco más egipcio, "Powerslave".



23 comentarios:

Último Íbero dijo...

A este libro le tengo ganas desde hace años. Muchos años. Pero una cosa y la otra, y mi proverbial vagancia, me han impedido siquiera comprarlo. ¡Tanto por leer, Dios mío!

@scen dijo...

¡Qué peligro, para mi lista de libros pendientes, tiene leer este blog!. Otro más que me apunto. El único problema es que mi lista está escrita en mi memoria y no sé si seré capaz de retener tanto título interesante. No voy a tener más remedio que hacerla con lápiz y papel. Los años, que no perdonan.

Un beso y un fuerte abrazo y un feliz año 2010 para todos.

Iraya Martín dijo...

Lo cierto es que conozco el autor y el libro y está en esa lista mental de "debo leerlo aunque todo el cuerpo me diga lo contrario" porque está recomendadísimo. Lo leeré, sin duda, porque es un must read, pero no voy a negar que con cierto miedo.

MJGF dijo...

Mi hombre lo leyó hace tiempo y me lo ha recomendado infinidad de veces; pero por h o por b, nunca le he buscado un hueco. Y eso que me apasiona el XIX (su literatura, su arquitectura, sus viajeros, sus logros y miserias... Y, claro, su producción lingüística). Lo colocaré en la estantería de "LEER YA".
Por cierto, hablando de XIX, en un par de semanas se estrena Holmes...
F.

El Guisante Verde Project dijo...

Buenas!, fíjate que cosas, yo, que no soy especialmente dado a este tipo de literatura, he leído, por recomendación de Alienor, "Las Puertas de Anubis". Como ya le comenté a ella, hubo algunas cosillas que históricamente hablando, me rechinaron un poco. De hecho las anoté en alguna parte, pero luego me pareció una tontería volver sobre su post y ponerlo, porque había pasado ya bastante tiempo.
Aquí vendría al caso, pero no encuentro mis notas, y sin mis notas no soy nada... En cualquier caso, tengo que reconocer que me gustó el libro, que tiene sus altibajos, como todos, pero en general la trama engancha, y se mete uno sin dificultades en el ambiente londinense de la época.
Viajar en el tiempo es algo que, como volar, lleva tiempo presente en la literatura, y en la ciencia; conseguimos volar.
¿Conseguiremos traspasar el tiempo? Yo creo que sí.

Un abrazo, y buen año!

Isi dijo...

Ayy me has dado miedo con esta entrada!! No he sabido si correr a por el libro o echarme a llorar :(

No he entendido absolutamente nada de la trama; sólo me ha quedado claro que lo tengo que leer...

Último Íbero dijo...

"¿Conseguiremos traspasar el tiempo? Yo creo que sí."

Pues yo creo que no, porque estaría ya esto lleno de gente del futuro :P

Homo libris dijo...

Amandil, a ver si te animas con él, que seguramente te va a encantar. De hecho, yo me hice con él incluso habiéndolo encontrado en versión digital (y pirata, eso sí) para el e-Reader. Creo que te gustará, así que si finalmente lo lees no dejes de contarnos tus impresiones.

Ascen, creo que la lista de pendientes de cada cual crece desmesuradamente a causa de las interrelaciones entre los distintos blogs que componemos esta pequeña comunidad. La mía está digitalizada entre los documentos de Google para que vaya creciendo conforme encuentro alguna recomendación vuestra por aquí: mi memoria ya no da para recordar más títulos, jeje.

Elwen, creo que el libro te gustará. De miedo nada, resulta una novela de aventuras de lo más recomendable, que se puede disfrutar sin más. Que aparezcan Byron o Coleridge no debe imponeros miedo alguno a la hora de acercaros al libro, de veras.

Fulgida, creo que este libro te gustará. Si tu hombre te lo recomienda con tanta vehemencia es por algo, y te aseguro que el libro no desmerece. Es posible, por lo que he leído por ahí, que La fuerza de su mirada te guste aún más porque es algo más decimonónico, pero dejaremos que Alienor aparezca por aquí y nos lo confirme. En cuanto a Holmes, me temo (y deseo por partes iguales) una avalancha de títulos relacionados con el singular detective británico. Sin embargo, por el tráiler que he visto de la película me da que va a ser poco holmesiana…

Roberto, sabía que habías leído el libro tras la recomendación de Alienor, y esperaba tus comentarios por aquí para saber tu parecer. Es cierto que en algunos momentos el libro flaquea un poco (hay partes descritas con muchísima intensidad y otras por las que el autor pasa con bastante ligereza) pero, en general, el balance es positivo. Sí que se me olvidó comentar en la entrada que hay algunos loísmos, estos por obra y gracia del traductor, que chocan bastante cuando uno se los encuentra. No son muchos y están todos concentrados en el primer tercio del libro, pero ahí los tenemos…

En cuanto a los viajes en el tiempo, creo que nuestra inteligencia nos podría llegar a permitir alcanzar algo así de ser posible, peeeero por otro lado no confío tanto en ella para que transcurra el tiempo suficiente para que lo logremos. Es decir, que estamos sumidos en tal vorágine de explotación del planeta que dudo mucho que algo así llegue a darse si no somos capaces de solucionar antes bastantes de los problemas que nos aquejan… Eso sí, coincido con Amandil en lo otro que nos comenta: de ser posible habría gente del futuro por aquí pero… ¿quién nos dice que no sea así? En Las puertas de Anubis ocurre, y los habitantes de la época no son conscientes de ello, así que ¿por qué íbamos a serlo nosotros hoy? En fin, las paradojas siempre presentes en los viajes en el tiempo.

Isi, lo mismo me lié al contarlo, así que resumo: Brendan Doyle, experto en poesía del XIX recibe la propuesta de viajar al pasado a una conferencia de Coleridge donde ejercerá un papel de asesor con otros viajeros del tiempo, clientes de la empresa que promociona dicho viaje, resolviéndoles las dudas que pudieran surgir y dando una charla sobre lo vivido. Sin embargo, su regreso se complica y queda anclado en esa época intentando sobrevivir a las conjuras de unos magos sin escrúpulos que fueron quienes abrieron esas Puertas de Anubis a través de las cuales ha sido posible su llegada a 1810. Una novela de aventuras y fantasía sin duda recomendable.

Desde Madrid, robándole el ordenador a un amigo durante unos minutos y un día después de conocer a Loque (ya os contaremos al respecto), un fortísimo abrazo para todos.

Isi dijo...

¡¡Qué guay!! ¡¡Habéis conocido a Loque!!

La Belle Dame Sans Merci dijo...

¡Feliz Año a todos!
Jo, cómo me alegro de que te haya gustado en serio. A Tim Powers o lo amas o lo odias, es duro pero es así, por eso siempre me da miedo recomendarlo.
"La fuerza de su mirada" es más decimonónico, sí, y de hecho a mí me gusta más. Aunque no sé si calificarlo de más denso... Habrá que hacer una relectura dentro de poco, que por eso me lo traje de Pamplona. ^^

¡Un abrazo y a ver qué piensas de "Amaya"! XD

El Guisante Verde Project dijo...

Último Íbero, físicamente puede que no, pero fíjate la cantidad de personajes que han sobrevivido a su muerte...., nosotros mismos, salvo catástrofe cibernética, seguiremos en la red mucho tiempo después de haber dejado de estar aquí, y como dice Homo Libris, tal vez ya están aquí.... :-D
Saludos!


Homo LIbris Otro que conoce a Loque!!!!
(Va a ser el centro de la galaxia)
Un abrazo!

lammermoor dijo...

Acabo de comprobar (ventajas de internet) que tienen el libro en la biblioteca del Campo San Francisco (bueno, en una de las mpls. de Oviedo). Esta misma tarde voy a por él.

Me parece a mí que sí que va a terminar siendo el eje de la galaxia. Es lo que tiene estar en el centro.

loquemeahorro dijo...

Apuntado queda, por tu entusiasta comentario, y porque me gustan mucho
- El S XIX
- Los argumentos con saltos en el tiempo (me he visto cada bodrio de peli a cuenta de esto)

Y detesto:
- Los payasos grimosos. Perdón, esto es redundante.

Sally dijo...

Aunque dejemos algunos libros de lado a la espera de que llegue su momento, a veces son ellos los que nos buscan a nosotros.

Último Íbero dijo...

Sobre el viaje en el tiempo cabe una posibilidad: que nosotros (léase, nuestra línea temporal) sea la primera y, por eso, todavía no hay gente del futuro entre nosotros.

De todos modos, si al final consiguiésemos romper la barrera del tiempo, lo más probable es que terminase sucediendo algo parecido a lo que Asimov describió en su novela "Los propios dioses": se creará un cuerpo de "vigilantes o ejecutores" que harán que la línea temporal "dominante" sea sencilla, plácida y pacífica... para nuestra desgracia.

Recomiendo ese libro fervientemente.

Último Íbero dijo...

Loque: los payasos grimosos también forman parte de mis desvelos... ¿Cuando salimos "de caza"? ;)

Homo libris dijo...

¡Muy buenas!

Acabamos de llegar a casa, así que vamos a cenar algo y os comento. Pero vamos, resumiendo, coincido en que el centro de la galaxia anda aproximadamente en el de la península, con nuestra querida Loque. El viaje ha dado para bastante (ya iré actualizando por aquí y por otros sitios) y es que las horitas de radio y paisajes dan para pensar bastante con qué daros la lata, jajajaja.

Un fuerte abrazo.

Homo libris dijo...

Isi, ¡sí! Jejeje, es muy maja, pasamos toda la tarde entre tés de dudosa procedencia y pastelillos con polvo de oro… Menudo sitio en el que nos metimos, ¿de quién sería la ocurrencia? Pero vamos, que lo pasamos genial.

Alienor, feliz nuevo año a ti también. Me alegra que te alegre mi alegría respecto a Powers, jejejeje. El libro es más que recomendable (me encantó por completo, aunque al final no sé qué se fumaría el buen hombre; eso sí, cierra la trama de forma magistral), y La fuerza de su mirada ya está entre los que deben caer en 2010. Sí leí por ahí lo que tú nos comentas, a saber, que es más decimonónico pero también algo más denso (lo tildan de aburrido por esto). Pero, ¿quién dijo miedo? ¡Si textos así me encantan!

Tal vez sea por eso que Amaya me esté gustando tanto, aunque su lectura tenga que venir acompañada ahora por diversos niveles de estrés en otras facetas que posiblemente la ralenticen un poco. En fin, me lo tomo como lectura para momentos de verdadera tranquilidad, junto a la taza de té o café bien caliente.

Roberto, efectivamente Loque va a ser el centro de la galaxia bloguera. También ayuda su ubicación geográfica, que es inmejorable para futuras quedadas a nivel nacional y que, como hablamos con ella, tendrían que llegar en algún momento. ¿Hace? ;)

Lammermoor, si te has hecho con él nos comentas y, por supuesto, cuando lo leas. Ahora estoy como Alienor, con miedo a que nos os guste tanto, jeje.

Loque, las tres razones que arguyes son motivo suficiente para leer el libro. ¡Ánimo con él!

Sally, en efecto, hay libros que nos buscan cuando llega su momento. Tal vez en este caso haya ocurrido así. Lo cierto es que me ha encontrado en un instante inmejorable y lo he disfrutado al máximo.

Amandil, tomo nota del libro de a Asimov (uno de los que tengo pendientes de él desde hace demasiado tiempo, y eso que el autor me encanta). En cuanto a los viajes en el tiempo, se me plantea otra duda sobre si serán factibles. Si conseguimos que algo o alguien viajen en el tiempo, ¿no provocaríamos un intercambio de materia y energía entre uno y otro momento? El pasado podría tener así más masa y energía si transferimos a él algo, provocando irremediablemente cambios en el futuro. Si viajamos hacia el futuro, llegaríamos a un nuevo futuro donde habríamos alterado la entropía partiendo de un pasado al que habríamos restado materia y energía… Desatando nuevamente efectos colaterales que afectarían al sistema. En fin, un interesante tema científico-filosófico sobre el que, posiblemente, a nosotros (a nuestro presente) sólo nos quede fabular.

Un abrazote.

loquemeahorro dijo...

Después de un día sin desperdicio, me voy más contenta sabiendo que soy el eje de la galaxia.

Así que si hay alguna duda respecto a estos viajes en el tiempo, yo lo solucionaré.

Ah, que lo dije una vez y lo repito: Ya viajamos en el tiempo, pero siempre en el mismo sentido y a la misma velocidad.

Vale, sí, yo también creo que podría haber viajes en el tiempo, pero tan controlados que no nos hemos dado cuenta, o quizá los haya en un futuro, pero no pueden viajar al pasado ... bueno, el tema da mucho juego.

loquemeahorro dijo...

Ah, Isi, que el placer fue mío.

Y más visitas que espero recibir.

Homo libris dijo...

¡Jajaja, Loque, deja de jugar con el tiempo, o llegarás tarde a la cita! Por cierto, ya nos contaréis.

El placer fue, en todo caso, nuestro.

Un abrazote.

Isi dijo...

A ver si lo de marzo sale adelante, que yo casi fijo que me apunto (falta confirmación post-exámenes de febrero)

Homo libris dijo...

Nosotros también nos apuntaríamos, por supuesto. Todo dependerá de cómo esté la cosa por esas fechas, pero de momento me deben algunos días de vacaciones del año pasado y esa sería una buena opción para estar allí.

A ver qué fechas se barajan. Un abrazote.