lunes, 20 de febrero de 2012

Volver

Posiblemente haya transcurrido más tiempo que nunca sin que escriba, desde el inicio de esta aventura bloguera, en Homo libris o en Andanzas de un Trotalomas. Aunque en los últimos tiempos mi ritmo de escritura había descendido bastante, lo cierto es que diversas circunstancias se han aliado para dificultarme aún más la labor. He dejado pasar efemérides tan queridas para mí como la semana en la que Verne y Dickens cumplían años, he dudado una y mil veces sobre la decisión de cerrar los blogs, dejar de escribir en ellos indefinidamente, hasta que las musas me alcancen (no estoy nada contento con lo que vengo escribiendo últimamente) o unirlos todos en uno solo, personal e intransferible, que denote algo de actividad incluso en estos malos momentos. Pero (¡ay!) como suele ser habitual en mí, sigo sin tomar una decisión al respecto.


No obstante, ahora que algunas de las circunstancias que me apartaban de aquí han desaparecido (si bien no creo que pueda contar con tanto tiempo como antes) he vuelto. Espero que para quedarme, aunque a estas alturas del partido no tengo nada claro. Intentando ver la situación desde una perspectiva positiva, si bien habréis notado quienes tenéis blog que también ando desaparecido del vuestro, he de decir que sigo presente en ellos, si bien de una forma silente. En diciembre del año pasado mi ajado, vetusto y heredado móvil sucumbió, así que me vi “obligado” a hacerme con otro (con lo felices que éramos sin ellos ;)). Aunque mi intención era otra, finalmente opté por uno de esos mal llamados teléfonos inteligentes y, como el buen retro-geek que soy, además de instalar en él alguno que otro emulador de ordenadores de 8 bits (Spectrum is forever), lo estoy usando para leer vuestras entradas, al tener los blogs vinculados a través lector de RSS correspondiente. Por el contrario, me da una pereza enorme escribir con mis torpes dedos en ese engendro de teclado táctil que incorpora, motivo por el cual no aparezco en los comentarios, aunque espero ir solucionando esto.

Por el camino han quedado unas cuantas lecturas y mucho trabajo acumulado. Pero como por algún lado hay que comenzar, os traigo aquí un brevísimo IMM, teniendo en cuenta que son tantos los libros que se me acumulan, con los primeros que aparecerán por aquí dentro de unos (pocos, espero) días.


La juguetería errante, de Edmund Crispin, ha sido un verdadero descubrimiento. Como con otros libros, me enamoró su portada, me intrigó su título y, solo después, conocí un argumento que me interesó sobremanera. La edición de Impedimenta es preciosa y el libro me encantó cuando lo leí, si bien posiblemente haya sido la más irregular de cuantas lecturas haya disfrutado en los últimos tiempos. Os hablaré de él dentro de poco.


José Antonio, propietario de la granadina editorial Traspiés, me hizo llegar a finales del mes pasado un par de libros que están promocionando actualmente. Ya hablé de la editorial en su día y de la buena impresión que causó en mí su libro de Jonathan Swift Una humilde propuesta. Los dos que me hace llegar gentilmente (muchas gracias, José Antonio) son El club de los parricidas, de Ambrose Bierce, y Un puesto avanzado del progreso, de Joseph Conrad. Dos libros satíricos, como el de Swift, que vienen a acrecentar la buena impresión que me causó la colección de libros ilustrados “Vagamundos”.


Actualmente estoy disfrutando de lo lindo con la aproximación a la historia de la agricultura y de la ingeniería genética que realiza magistralmente Francisco García Olmedo, catedrático de biología molecular vegetal, en su libro La tercera revolución verde. Creo que lo terminaré pronto, ya que es breve y la mar de ameno, y decididamente lo traeré al blog.


Y poco más, de momento. Espero ir retomando un ritmo aceptable de escritura y que mi presencia, para mal o para bien, se deje notar en los vuestros.

Un abrazo y, como siempre, ¡feliz lectura!

9 comentarios:

Carol dijo...

Muy interesantes los títulos que traes, especialmente me llaman el de La juguetería, el de Bierce y Roth. En cuanto a la falta de tiempo me temo que todos hemos sufrido alguna vez la misma situación y hemos pensado en cerrar el blog. Ahora mimos estoy agobiadísima sin tiempo para nada y siempre pienso en cerrar, luego, me pongo a escribir una entrada, y disfruto tanto haciéndolo que me arrepiento de haberlo pensado. Es cuestión de que escribas cuando te apetezca. Un abrazo

PECE dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
PECE dijo...

Si hay obligación no hay placer.
Mejor como el Guadiana, si el blog tiene que aparecer y desaparecer será fiel reflejo de tu situación, peor para el que no tenga paciencia.

PD.: Una palabra mal escrita cambiaba el sentido.

PPD.: Buena música de acompañamiento. En una ocasión similar yo puse "Standby" de Extremoduro, nada que ver por cierto....

Maribel dijo...

Me alegro de ver que tu blog refresca Homolibris, las reflexiones siempre están ahí, mantengo o no tantos espacios abiertos, no llego, no comento...insiste que algo queda, jejeje
Me llama el título de La juguetería errante. Veo que hablas de Vagamundos...que me sugiere...ya sabes, libros ilustrados, qué vivan!! Acabo de leer Dublines con la vida de Joyce, y sus encuentros-desencuentros con otros "grandes de las letras"...
Me he reído con lo de tu cambio de móvil, hay que actualizar, pero la excusa del teclado no sirve...te esperamos, jejeje ;-)
El Guisante Verde Project

Javier G. Pérez dijo...

Venga Homotrota; el tiempo es un bien, bueno, bastante mas que un bien con valor incalculable (lo sabemos cuando carecemos de él) del que no todos disponemos.
Me paso sobre todo para darte ánimos y, de paso, agradecerte la parrilla de títulos que has puesto a nuestro alcance.
Sé lo complicado de hacer tantas cosas. Gracias por el esfuerzo.

Abrazos.

Homo libris dijo...

Carol, mucho me temo que sí, que este ritmo frenético que nos imponen o autoimponemos muchas veces termina por frustrarnos un poco. Pero bueno, no hay que desfallecer y, ciertamente, saber que seguís ahí, poder leer vuestras entradas y encontrarme con la alegría de vuestros comentarios es lo más gratificante que puede aportarnos la blogosfera.

Hoy traigo el de Bierce y espero poder traeros estos días al menos el de la juguetería. A ver qué te parecen. ;)

PECE, cierto es: aquello que se convierte en una obligación deja, las más de las veces, de deparar placer. Mejor así, y bien hecho, que mucho y mal.

Jeje, hay siempre una música adecuada para cada momento. Tengo pendiente una entrada, por cierto, donde quiero usar algo de Extremoduro, pero para mi otro blog, Andanzas de un Trotalomas. Sería "Última generación". ;)

Maribel y a mí que me alegra leerte. De la juguetería, como le decía a Carol, os hablaré dentro de poco. En cuanto al teclado, sé que es una mala excusa pero bien sabes cuando me pongo a escribir un comentario lo pesado que puedo llegar a ser, y con lo mal que escribo ahí no sería capaz. Da gracias que para Twitter todavía puedo hacerlo, jajaja. Por cierto, no hace mucho me acordaba de ti. Fue viendo el documental "En busca del primer europeo", donde aparece Eudald Carbonell, y que recomendaría sin dudar a quienes no lo vieron.

Javier, el tiempo es nuestro más valioso tesoro, por lo que no podemos evitar en muchas ocasiones la sensación de que no lo gastamos provechosamente. Sin duda, dedicarlo a aprender con y de vosotros no es una de esas ocasiones, y si bien he estado algo perdido por estos lares no dudes que pronto me habré puesto al día.

Gracias a todos vosotros por seguir ahí, por las palabras de ánimo y por ser como sois. :)

¡Un abrazo!

lammermoor dijo...

Ay, Homo Libris. No lo dejes, por favor; te echaríamos mucho de menos. Es más, también tu lo echarías en falta -lo sé porque más de una vez tuve tu misma idea.
En cuanto a los libros, tengo curiosidad por La Juguetería errante y los demás también parecen bastante sugestivos. Espero tus comentarios

Un beso.

Homo libris dijo...

Lammermoor si sé que lo echaría en falta y, sobre todo, que os echaría de menos a vosotros (aunque siempre me quedarían vuestros blogs, y es que como Borges soy más lector que escritor, salvando la abismal distancia que nos separa, claro).

En fin, imagino que es inevitable sentir esta desazón de cuando en cuando y, siendo blogs personales, que la plasmemos por aquí deseándolo o no.

En cuanto a La juguetería errante, hoy mismo publico la entrada de cara a este fin de semana, jeje. A ver qué te parece.

Besos.

Eva MMM dijo...

Pues simplemente espero que hayas vuelto para quedarte.