jueves, 19 de marzo de 2009

La vieja librería de Babel

Una de las cosas que más me gusta de las librerías de viejo es que suelen pertenecer a personas que albergan un especial amor hacia la letra impresa. Que no digo que no lo tengan otros libreros, o que estas librerías sean, al fin y al cabo, un negocio, pero creo que, en bastantes ocasiones, hay que estar hecho de una pasta especial para pasar el día entre libros viejos, usados, manoseados hasta la saciedad. Libros que, para quienes saben leer entre líneas sus páginas y apreciar el desgaste de sus cubiertas, pueden guardar otras historias distintas a las narradas.

Descubrimos la librería de libros de segunda mano Book Market, en el número 28 de la calle San Miguel de Torremolinos, un buen día que caminábamos por esta calle eminentemente comercial de la localidad malagueña sin un propósito definido. Al ver el cartel anunciador, amarillo y rojo, llamativo por su promesa de libros multiculturales, nos adentramos en el pasaje que la albergaba, el de la Virgen del Carmen, perpendicular a San Miguel,y subimos la empinada y estrecha escalera que daba acceso a una estancia atestada de libros que, alineados en sus baldas, nos esperaban. Nos saludó la propietaria de la librería, una amable mujer de mediana edad, en español. Pronto cambió de idioma al inglés, al dirigirse a ella Azote Ortográfico, algo nada extraño habida cuenta su nacionalidad, y que en estas localidades costeras, tan orientadas al disfrute turístico, existen amplias colonias de foráneos.

Entretanto, empecé a examinar los lomos de los libros más cercanos. ¿Rusos? En efecto, se apiñaban por colonias: los libros rusos, con sus caracteres cirílicos en rigurosa procesión lingüística, ejemplares daneses, suecos, franceses. Españoles, haciendo frente a la invasión que se les venía encima, e ingleses, la mayoría, ocupando una amplia sección de la librería.

Nos perdimos en la biblioteca de Babel, examinando antiguas ediciones, libros en rústica bien conservados que, no obstante, dejaban apreciar algún signo de sus antiguos propietarios: un punto de lectura que marcó su último uso, una dedicatoria, el Ex Libris… No importaba el idioma, sino el tacto de sus cubiertas, el amarillear de sus páginas, el dulce susurro al pasarlas, el olor a papel envejecido de la librería. Sobra decir que cargamos con algunos de estos libros. Y que volvimos después, siempre que tuvimos oportunidad o fuimos a Torremolinos con algún otro objetivo.

Nuestra última visita fue hace sólo unos días, y en exclusiva para visitar la librería, ya que hacía algún tiempo que, por obligaciones varias, habíamos dejado de hacerlo. Nos sorprendimos al ver a un hombre cargar con cajas de libros, cajas en las que estaban siendo embalados de forma displicente por su propietaria y algunos colaboradores. Pánico. ¿Cerraban? No, simplemente nos mudamos, nos tranquilizó aquella. El local empezaba a quedar pequeño, las empinadas escaleras echaban para atrás a los más mayores, por la dificultad del acceso, y a los más pequeños o a sus padres, por la difícil subida de los carritos portabebés. El pasaje, solo, desvalido, sólo albergaba al humilde negocio librero, de modo que habían encontrado un lugar cercano en el que alojar estos cofres de sueños. No será necesario añadir que nos llevamos otros cuantos títulos. Encima (como la vez anterior), tres por dos en volúmenes en inglés, 10% de descuento en las publicaciones en español. Una ganga en toda regla.

Así las cosas, os animo a descubrir esta librería si tenéis oportunidad de pasar por Torremolinos. La nueva ubicación es la calle Cauce, número 11, paralela a la calle San Miguel.

¿Cómo veis el negocio de los libros de segunda mano y de ocasión? ¿Os gustan los libros de segunda mano? ¿Por su precio o por su historia? ¿Qué librerías de viejo nos recomendaríais de vuestra ciudad?

4 comentarios:

Anónimo dijo...

A mi me encantan los libros de segunda mano, pero fundamentalmente por su precio. Tambien por su historia si es interesante (si están ex-librados, o con dedicatoria, o han pertenecido a alguien interesante, o similar), pero no por ser viejo sin más. De todas formas, en este tipo de sitios rápido pierdo el norte, y entro en una orgía acumuladora y maniaco-compulsiva con los libros y normalmente salgo de alli con varias bolsas.

Anónimo dijo...

Aquí solo tenemos una de estas librerias y me gusta dejarme caer de vez en cuando, al igual que César por su precio. Pero tambien por pararme un rato a hablar con el librero, siempre tiene cuerda para rato, es un señor encantador. También he dejado algunos de mis libros por allí en venta, no gano prácticamente nada aparte de espacio en mis estanterías, pero es una buena excusa para visitar el sitio.

Homo libris dijo...

@César:

En efecto, uno de los máximos alicientes de estos libros es su reducido precio, que puede ser nuestra perdición si acudimos a estas librerías y tenemos ansias libreras por suplir, jejeje. A mí me ocurre otro tanto cuando acudo a una de estas librerías.

En cuanto a la historia de los libros, en efecto, no se trata únicamente de que estén usados (aunque estos también tendrán su historia que narrar), sino sobre todo a aquellos que guardan alguna marca de sus antiguos propietarios, un punto de lectura que marca el último lugar por el que fueron abiertas sus páginas, o donde fueron cerradas hasta que lo tomamos de la estantería :)

@Elwen:

En efecto, estos libreros tienen un particular encanto, y se les nota el amor por los libros. Más placentero incluso que encontrar verdaderas joyas, es el ratito que podemos pasar departiendo con estas personas singulares.

Un saludo.

Andriy McJordan dijo...

He leído tu comentario en mi blog acerca de El Corazón de las Tinieblas, y espero hacerte caso algún día (en no demasiado tiempo). Me resultó muy árido la verdad, aunque soy consciente de que se me escaparon muchas, muchísimas cosas.

Respecto al post de las librerías de viejo, me encantan, aunque a mí no me gustan con dedicatorias y esoas cosas porque no siento tan "mío" el libro...

¡Un saludo!