sábado, 23 de abril de 2011

Feliz Día del Libro

- Mirad, fray Guillermo -dijo el Abad-, para poder realizar la inmensa y santa obra que atesoran aquellos muros- y señaló hacia la mole del Edificio, que en parte se divisaba por la ventana de la celda, más alta incluso que la iglesia abacial- hombres devotos han trabajado durante siglos, observando unas reglas de hierro. La biblioteca se construyó según un plano que ha permanecido oculto durante siglos, y que ninguno de los monjes está llamado a conocer. Sólo posee ese secreto el bibliotecario, que lo ha recibido del bibliotecario anterior, y que, a su vez, lo transmitirá a su ayudante, con suficiente antelación como para que la muerte no lo sorprenda y la comunidad no se vea privada de ese saber. Y los labios de ambos están sellados por el juramento de no divulgarlo. Sólo el bibliotecario, además de saber, está autorizado a moverse por el laberinto de los libros, sólo él sabe dónde encontrarlos y dónde guardarlos, sólo él es responsable de su conservación.
Los otros monjes trabajan en el scriptorium y pueden conocer la lista de los volúmenes que contiene la biblioteca. Pero una lista de títulos no suele decir demasiado: sólo el bibliotecario sabe, por la colocación del volumen, por su grado de inaccesibilidad, qué tipo de secretos, de verdades o de mentiras encierra cada libro. Sólo él decide cómo, cuándo, y si conviene, suministrarlo al monje que lo solicita, a veces no sin antes haber consultado conmigo. Porque no todas las verdades son para todos los oídos, ni todas las mentiras pueden ser reconocidas como tales por cualquier alma piadosa, y, por último, los monjes están en el scriptorium para realizar una tarea determinada, que requiere la lectura de ciertos libros y no de otros, y no para satisfacer la necia curiosidad que puedan sentir, ya sea por flaqueza de sus mentes, por soberbia o por sugestión diabólica.

-De modo que en la biblioteca también hay libros que contienen mentiras...

-Los monstruos existen porque forman parte del plan divino, y hasta en las horribles facciones de los monstruos se revela el poder del Creador. Del mismo modo, el plan divino contempla la existencia de los libros de los magos, las cábalas de los judíos, las fábulas de los poetas paganos y las mentiras de los infieles. Quienes, durante siglos, han querido y sostenido esta abadía estaban firme y santamente persuadidos de que incluso en los libros que contienen mentiras el lector sagaz puede percibir un pálido resplandor de la sabiduría divina. Por eso, también hay esa clase de obras en la biblioteca. Pero, como comprenderéis, precisamente por eso cualquiera no puede penetrar en ella.
Además -añadió el Abad casi excusándose por la debilidad de este último argumento-, el libro es una criatura frágil, se desgasta con el tiempo, teme a los roedores, resiste mal la intemperie y sufre cuando cae en manos inexpertas. Si a lo largo de los siglos cualquiera hubiese podido tocar libremente nuestros códices, la mayoría de éstos ya no existirían. Por tanto, el bibliotecario los defiende no sólo de los hombres sino también de la naturaleza, y consagra su vida a esa guerra contra las fuerzas del olvido, que es enemigo de la verdad. 

Umberto Eco, El nombre de la rosa.

7 comentarios:

Ladynere dijo...

Qué texto más bonito -y adecuado- has escogido para el Día del Libro ;)

MJGF dijo...

Me gusta el día del libro. Me parece hermoso celebrar un día así: con rosas y libros.
Para mí no se concibe la vida sin libros; incluso por profesión y por vocación, he elegido moverme entre libros. Podría vivir sin internet (¡uf! ), sin móvil (sin problemas, oyes), sin tele (total, para ver Disney Channel...), sin cine o teatro (de nuevo, ¡uf!), sin chocolate (¡ufff!)... Pero sin libros, sería una vida pequeña y encogida, aburrida, como estar a dieta en Navidad (insoportable, vamos).

Feliz día del libro para ti también.
F

Último Íbero dijo...

El nombre de la Rosa es curioso. Como libro de misterio es una pifia pero en su perfil histórico y antropológico es una joya. La película es a la inversa, muy floja en los histórico pero muy buena en lo misterioso.

¡Feliz Día del Libro! :)

Shorby dijo...

Libro que tengo pendiente.

Feliz Día =)
Besotess

Maribel dijo...

Hola Homolibris, buena elección para celebrarlo, ya que nuestro amigo Eco nos regala muchas capas de lectura.., acabo de acordarme de que tengo pendiente El Cementerio de Praga, qué bien, ¿estará en fase apocalítico o integrado?, jejeje, Feliz día, Zorionak!!
un abrazo ;-)
El Guisante Verde Project

Homo libris dijo...

¡Ains, muchas gracias a todas... y a nuestro Último Íbero!

El nombre de la rosa es un libro magnífico, aunque tenga sus luces y sus sombras, como apunta Amandil, así que te lo recomiendo sin dudarlo, Shorby. La vida sin libros es insulsa y me alegra que os haya gustado el fragmento.

Eso sí, yo también tengo pendiente El Cementerio de Praga, y según me han dicho es apocalíptico en grado sumo, jejeje.

¡Un abrazote!

lammermoor dijo...

Con muchísimo retraso dejo aquí una cita del último libro de Auster que quería compartir con vosotros tras leer esta entrada:

the only luxury he allows himself is buyin books, mostly novels, American novels, British novels, foreing novels in translation, but in the end books are not luxuries so much as necessities, and readin si an addiction he has no wish to be cured of