Otra de las lecturas que me ha venido acompañando en el autobús las últimas semanas ha sido El mundo de los insectos, de L. Hugh Newman, un interesante ensayo sobre entomología aplicada (o entomología económica, como la nombra el autor a lo largo del libro) que, aunque resulta algo obsoleto a la vista de alguna de sus argumentaciones, no deja de resultar ameno e instructivo gracias a otras. Qué duda cabe que la percepción de la importancia de los insectos ha cambiado mucho en las últimas décadas, tanto por su uso en la lucha integrada como por la forma de evitar las plagas sin recurrir al uso constante de pesticidas que envenenan, junto a las plagas, a otros insectos beneficiosos, a las plantas que se desea preservar y al propio suelo y las aguas de la zona afectada. La obra se estructura en tres partes: una introducción a la biología de los insectos, seguida por una más extensa sobre entomología aplicada (plagas en cultivos, conservación de alimentos almacenados, los insectos como vectores de enfermedades, insectos beneficiosos para la agricultura...) y una última, muy corta, sobre las experiencias de cría de insectos en cautividad, por aquel entonces fundamentalmente con ánimo de usarlos en docencia e investigación.
De la entomología aplicada en líneas generales he pasado a un clásico dentro de un campo bastante particular de la misma: la entomología forense. Popularizada hasta cierto punto en series televisivas sobre la policía científica, no se trata (y no sé el porqué) de una práctica demasiado llamativa para la gente.
El primer uso registrado de la entomología en la medicina legal se dio en la China del siglo XIII. El médico Sung Tz'u fue requerido para investigar un crimen. El cadáver mostraba signos de apuñalamiento y el doctor pidió a los sospechosos que expusieran sus hoces. El dueño de aquella sobre la que se posaron las moscardas, al contar con restos de sangre imperceptibles para el ojo, era el culpable. El libro de Sung Tz'u The Washing Away of Wrongs contiene la primera referencia escrita sobre este uso de los insectos.
Ya en el siglo XIX, en Francia, se solicitó la colaboración de varios científicos para esclarecer los hechos bajo los cuales se habían cometido varios asesinatos. Los cuerpos habían sido encontrados mucho después de que se hubiesen perpetrado los crímenes. Entre otros, el veterinario militar Jean Pierre Mégnin sistematizó y amplió los estudios existentes, publicando en 1887 La fauna de las tumbas y en 1894 la obra que nos ocupa ahora, La fauna de los cadáveres (Aplicación de la Entomología a la Medicina Legal).
Aunque no es la primera vez que me acerco a esta temática en el blog, la obra de Mégnin, por lo que llevo leído de la misma, resulta impecable y es todo un clásico dentro de esta literatura. Realiza un repaso a las diversas y diferenciadas oleadas de invasores que llegan a un cuerpo en cada una de las fases de descomposición. Es más, profundiza en los diversos ambientes en que puede encontrarse el cuerpo (en superficie, enterrado, bajo el agua...) y cómo afecta esto a los insectos que podemos encontrar en cada oleada y en su desarrollo. Todo ello es de vital importancia para determinar el momento y las causas de la muerte.
Aparte de estas obras, tengo algunas otras en la recámara de lecturas o las voy simultaneando y consultando cuando tengo que identificar algún insecto. Otro de los que conseguí en la misma librería que los dos anteriores fue Principios en el combate de los insectos, un libro más de entomología aplicada, enfocado en este caso en las plagas de la agricultura.
Entre mis más valiosos tesoros se encuentra el Curso de Entomología de José Antonio Barrientos et ál. editado por el servicio de publicaciones de la UAB bajo el auspicio de la Sociedad Española de Entomología.
Otro de mis pequeños caprichos es el libro Entomología esencial de George C. McGavin, que conseguí hace hace unos meses. Mi buen amigo Alberto me prestó el suyo el año pasado, cuando realizaba las prácticas de la asignatura "Entomología Aplicada" de Ciencias Ambientales, y me sirvió de mucha ayuda. Sin embargo, buscando el libro descubrí que estaba descatalogado, así que pasó a a la lista de "improbables", que no imposibles. Tanto es así que se dio la improbable situación de encontrarlo a 5 € (aproximadamente 8 veces por debajo de su precio original), totalmente nuevo, en una librería de ocasión.
Y, por último, dos guías de odonatos que he conseguido totalmente gratis gracias a la Administración Pública (algo bueno tenían que hacer, digo yo). El primero, con una factura exquisita, es Los Odonatos de Extremadura, una guía/estudio sobre estos fascinantes insectos en la comunidad extremeña. Si os interesa, es posible descargarlo en PDF a través de su página web.
Poco después del anterior recibí una copia del editado por la Junta de Andalucía. Si bien es cierto que su formato resulta muy llamativo y me ha gustado mucho, la verdad es que el papel utilizado desmerece la calidad de unas fotografías que habrían ganado bastante con uno satinado. Sea como fuere, es un trabajo excepcional y, además, me encontré con la grata sorpresa de conocer a uno de sus autores. Un irreductible Andarríos que tanto puede compartir con cualquier Trotalomas de bien.
Y esto es todo, al menos de momento. La entrada me recuerda un par que tengo pendientes desde hace muuuucho tiempo y que tal vez aproveche para escribir estos días de "vacaciones".
¡Feliz lectura... entomológica!
7 comentarios:
Ayyy no sé qué decirte... ¿de verdad se pueden leer tantos libros sobre bichos asquerosos?
Tu entrada me ha recordado que tengo que comprar frisfrús (y me da igual el medio ambiente en este caso: es mi única arma, sin ella en casa no me siento segura en primavera-verano).
No, si contado por ti, parece que sí, que nos vamos a leer los libros y se nos van a hacer amenos, pero no sé yo si los legos en la materia (y vagos como yo, por demás) los acabaríamos.
En lo que no estoy de acuerdo en que la entomología forense no tenga tirón popular, yo creo que cuando si la incluyeron en CSI fue porque les pareció un golpe de efecto: Algo relativamente desconocido y que podía llamar la atención del público.
Isi, y los que quedan por leer, jejejeje. ¿Qué es el frisfrús? Miedo me das, tiene que ser DDT por lo menos... :D
Loque, me temo que por mucha que sea la devoción que ponga en la entrada no llegaré a conseguir un número importante de lectores de libros de este tipo. A eso me refería con lo de la entomología forense y el tirón popular, aunque me constaba que aparecía de cuando en cuando en series de televisión (aunque desconozco el alcance de la "invasión" de insectos en las mismas), jejeje. Me alegra que me corrijas o, al menos, que aclares lo que decía, porque eso implica que la entomología forense llega cada vez a más gente.
Me pregunto por qué me gustarán siempre estas cosas: entomología forense, informática forense... será la infancia dedicada a leer a Conan Doyle. :D
¡Besotes!
bueno yo llamo así al producto para matar bichos. Hombre, el DDT está prohibido, pero vamos... si tuviera que usarlo, ¡¡¡¡no lo dudaría!!!!!
Isi, no sabía si te referías a un producto en particular. En cuanto al DDT prohibido, no siempre fue así, claro, como bien sabes. En el primero de los libros (El mundo de los insectos) ya se habla de su prohibición, pero sigue tratando el uso de pesticidas para combatir las plagas.
Os dejo por aquí un "regalito". ;)
Espero que los tengas bien estudiados, porque ayer encontre un bichejo dehesiano, que vas a tener que catalogar, ya sabes que todo lo que sea más chico que un duro, te toca a ti analizarlo.jeje
La lluvia me ha fastiado el curso, avisame cuando andes por aqui
un abrazoo
Otus, habrá que echarle un ojo a ese bichejo, pues. La lluvia creo que nos está fastidiando lo más grande de planes.
Nosotros al final nos iremos mañana temprano para Granada (queríamos hacerlo hoy pero veo que se me acumula el trabajo para las entregas que tengo en los cursos de Periodismo -lunes- y Silverlight -martes- y voy a dedicar el día a ello), así que nos veremos el finde por allí y ya planificamos algo: lo que nos permita la meteorología.
Vaya fastidio lo de tu curso, con la ilusión que te hacía y lo interesante que prometía ser. :(
Un abrazote.
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