sábado, 9 de julio de 2011

Mervyn Peake

El castillo de Gormenghast es de tan inabarcables dimensiones que sería un despropósito intentar conocerlo por completo. Conforma, en sí mismo, un universo propio, una prisión cuyos límites no vienen determinados por sus gruesas paredes sino la infinitud del espacio que encierra. Aunque inmenso, el aire no deja de estar viciado y de propiciar juegos de luces y sombras, actuando como si de un espejo que deformase lo que en él se refleja se tratase. Podría decirse que tiene una gravedad propia, un poder de atracción, de embrujo, que ha traspasado el injusto olvido de la obra a la que pertenece.

Mervyn Peake
Tal día como hoy, hace cien años, nacía en China Mervyn Peake, el autor de las novelas de Titus, una no querida trilogía (falleció antes de acabar su obra literaria, dejando apenas tres novelas escritas) denominada en ocasiones como el castillo omnipresente: Gormenghast. Hijo de misioneros británicos, la influencia del país asiático y sus rituales vinculados a una inamovible tradición sobre su obra es evidente. A los doce años viajaría a Inglaterra para acabar la secundaria y marcharse a vivir junto a un grupo de artistas a la pequeña isla de Sark, de apenas cinco kilómetros cuadrados, tan peculiar entonces como hoy día. Hasta hace un par de años se organizaba por el último régimen feudal existente en Europa y, como cuando se mudase Peake allí, sigue estando prohibido usar el coche. Así pues, es uno de esos destinos privilegiados donde la contaminación lumínica aún no ha cegado a sus habitantes impidiéndoles disfrutar de un verdadero cielo estrellado.

Rima del anciano marinero
Volviendo a la vida del bueno de Mervyn, cabría reseñar que durante la época que vivió en Sark fomentó su faceta de ilustrador y que junto a otros artistas llevó a exponer su obra en Londres, lo que le dio bastante renombre. Las ilustraciones que realizaría tiempo después para su “trilogía” o las que preparó para ediciones de Alicia en el país de las maravillas, Casa desolada, la Rima del anciano marinero o La isla del tesoro son verdaderas preciosidades, y os invitaría a visitar su página oficial para deleitaros con ellas.

Durante la Segunda Guerra Mundial Peake fue llamado a filas y sería entonces cuando comenzaría la escritura de Titus Groan, el primero de los libros de Gormenghast. Conforme iba redactando la novela enviaba los textos a su esposa, a la casa que tenían alquilada en Sussex, y esta guardaba los manuscritos para mantenerlos a salvo. Tras una crisis depresiva Mervyn sería dado de baja por invalidez, aunque al final de la guerra volvería a ser llamado esta vez como artista, para reflejar el horror de los campos de concentración.

Tras la guerra llegaría a publicar su Titus Groan gracias a la amistad que le unía a Graham Greene, que trabajaba como editor y que revisó una y otra vez el original hasta que Peake le dio la forma definitiva. Corría el año 1946 y con el dinero obtenido se mudaría un año después nuevamente a Sark, ahora junto a toda su familia. Allí escribió Gormenghast, aunque tendrían que volver a Londres poco después al quedarse sin dinero.

Vista aérea de la isla de Sark
Peake comenzó a enseñar dibujo en las escuelas e intentó publicar obras de teatro sin mucho éxito. A inicios de los años 50 sufriría un ataque y poco después empezó a manifestarse en él el Parkinson que le aquejaba. Escribiría entonces Titus Solo, un curioso y poético final para la obra de su vida, en un estilo que nada tenía que ver con los dos libros que le precedían.

Una década después, en 1968, falleció cuando contaba 57 años.

Página del manuscrito original de Titus Groan
La calidad de su obra literaria, muy singular, fue reconocida por autores como Anthony Burgess o el propio Graham Greene. Hipnótica, embrujadora, llegó a obsesionar a Sting, que compraría los derechos de la obra para llevarla a televisión en un proyecto que terminaría por materializarse en la miniserie “Gormenghast” emitida por la BBC hace poco más de 10 años. A mí mismo me atrapó su castillo hace décadas, incluso antes de lanzarme a leer Titus Groan y adentrarme por sus pasillos. Me recuerdo en la librería leyendo y releyendo la breve reseña que figuraba en la sobrecubierta de la edición de Minotauro. Sin embargo, la editorial tardaría lustros en publicar la traducción del segundo de los libros y poco tiempo después los descatalogaría inexplicablemente.

Aunque podría haber recurrido a alguna biblioteca pública o, qué remedio, a alguna edición electrónica no autorizada, lo cierto es que la maldición de Gormenghast pesaba sobre mí: tenía que hallar el libro. Y lo hice, tras dos años de búsqueda y alguna que otra incidencia que ya conté en su día, para poder hoy, en el centenario de su nacimiento, dejarme atrapar de nuevo por su encanto.

Os dejo con la música del disco de rock progresivo de 1970 “Titus Groan” y con  uno de los poemas de Peake.


I CANNOT GIVE THE REASONS

I cannot give the reasons,
I only sing the tunes:
the sadness of the seasons
the madness of the moons.

I cannot be didactic
or lucid, but I can
be quite obscure and practic-
ally marzipan

In gorgery and gushness
and all that's squishified.
My voice has all the lushness
of what I can't abide

And yet it has a beauty
most proud and terrible
denied to those whose duty
is to be cerebral.

Among the antlered mountains
I make my viscous way
and watch the sepia mountains
throw up their lime-green spray.
¡Feliz lectura!

6 comentarios:

Galtzagorri dijo...

Había leído sobre estos libros hace tiempo, y en ese momento recuerdo que pensé que parecían realmente muy interesantes, pero como tenía un montón en la lista de espera, con el tiempo me fuí olvidando de ellos. Después de leer tu entrada (muy buena) he vuelto a recordar el castillo de Gormenghast, y me ha entrado la curiosidad por esta trilogía que me pareció tan extraña y llamativa en su día. Espero poder leermela un día de estos.
La canción me ha encantado. No conocía al grupo, pero tampoco era difícil que me gustase... ¡porque la música de los 70 y el rock progresivo me encantan! Así que gracias por recordarme a este autor, y por la canción ^^
Un saludo, nos leemos.

Rubén D. Caviedes dijo...

Y digo yo, siendo esto totalmente fruto de la ignorancia... ¿Este señor no se parece a Indurain? ¿O sólo se me hace a mí?

Prometo enmendarme interesándome gracias a usted por su figura, pero es que la duda me carcome.

Suyo:

R.

MJGF dijo...

Voy a tener que buscarlos ¿verdad? Con la entrada anterior había logrado reprimirme, pero con esta...
En fin, hay cosas peores que perderse en un castillo llamado Gormengahst (i.e. buscar erratas/faltas de ortografía en tu gel de baño ;-D )
F

Azote ortográfico dijo...

MJGF, qué me habrá querido decir...

Homo libris, no me recuerdes la aventura de buscar el libro de marras, que aún me enciendo cuando pienso en ello.

Un día de estos lo encontraremos y nos reiremos de todo, ya verás.

Homo libris dijo...

Galtzagorri, estoy seguro de que te gustarán estos libros tan barrocos en la escritura de Peake como cercanos a la novela gótica y, sin embargo, marcando un estilo propio. En cuanto a la inspiración para el rock progresivo, no podía ser de otra forma: en aquella época de experimentación continua el castillo de Gormenghast no podía ser más que una fuente de inspiración.
Me alegra que te haya gustado tanto. Y nos leemos, claro que sí. :)

Señor de las Moscas, no había caído yo en semejante asunto, pero ahora que lo menciona usted en efecto, un airecillo sí que se dan, viciado, como el del castillo de los Groan, jejejeje. Ahora el verano es una buena época para interesarse por su figura, qué duda cabe. ;)

Fulgida, sí, TIENES que hacerlo, jejeje. Estoy seguro de que te gustarán, de que va a interesarte sobremanera. En cuanto a las erratas en los botes de champú, gel o jabón de manos… no digo nada. :D

Azote, yo también me caliento recordándola, pero bueno, bien está lo que bien acaba, ¿no?

Besos y abrazos.

@scen dijo...

Siempre nos traes entradas de libros muy interesantes :)