La primera vez que leí a Steinbeck tendría doce o trece años y fue gracias a un libro tan particular como maravilloso: Los hechos del rey Arturo y sus nobles caballeros, una obra atípica respecto al resto de sus escritos pero que animó en mí una pasión por el ciclo artúrico que llega hasta hoy: es una novela que os recomiendo fervorosamente, para qué vamos a engañarnos.
Después de esta llegarían Las uvas de la ira, De ratones y hombres o La perla, y lo cierto es que con su lectura el autor norteamericano terminó de ganarme por completo, muy especialmente con las dos primeras. Así es que cuando hace unos meses me encontré con un par de libros suyos en la librería de Torremolinos de la que alguna vez os he hablado (y sobre la que, por cierto, aquí he encontrado un par de entradas con fotos de su nueva ubicación y de la antigua) me hice con ellos. Eran Al este del Edén, que aún tengo pendiente, y La luna se ha puesto, una obrita breve -por su extensión, ya que apenas abarca 150 páginas- pero que realmente me ha calado muy hondo.
Veinte años antes había estado en Bélgica y en Francia, y procuraba no pensar en lo que sabía: que la guerra es traición y odio, y torpezas de generales ineptos, tortura, y muerte, y náusea, y cansancio; y que cuando todo ha pasado, lo único que queda son nuevos desalientos y nuevos odios. Se decía a sí mismo que él era un soldado a quien le daban órdenes que tenía que cumplir, y que no esperaban de él que las analizara, ni que pensara, sino que las cumpliera; y procuraba apartar los recuerdos de la otra guerra y la idea segura de que ésta sería igual. Ésta será distinta, se decía cincuenta veces al día; ésta será distinta.
Cuando el coronel Lanser invadió con sus hombres el pequeño pueblo del doctor Winter sabía lo que iba a ocurrir en lo sucesivo. En el pueblito todos viven en paz y no recuerdan la última vez que fueron invadidos o que invadieron a alguien, pero en cuanto se descubre que algunos de los suyos han ayudado a perpetrar la invasión, como el traidor de Corell, comienzan a surgir sospechas entre ellos; por ejemplo, el viejo Intendente Orden, amigo del doctor Winter, y su esposa se ven obligados a acoger bajo su techo a los mandos militares que llegan al pueblo, algo que podría ser entendido como una colaboración por su parte. Poco a poco se irá conformando una resistencia ciudadana que dará al traste con el ideal de conquista de los invasores. Con la llegada del invierno la moral caerá en picado, como bien sabía Lanser, y los hombres dejarán de serlo para convertirse en fantasmas de lo que fueron o hubieron poder sido.
Steinbeck construye en La luna se ha puesto un verdadero alegato contra la guerra y la barbarie que supone esta, con algunas frases más que memorables. La novela está escrita con ternura y cuenta con algunos pasajes que nos arrancarán una sonrisa (rayana en lo amargo en ocasiones) mientras que otros, los más, nos harán reflexionar sobre la condición humana.
En resumen, una lectura más que recomendable que apenas os llevará una tarde de verano disfrutar. Os dejo con un par de canciones que, inevitablemente, me vinieron a la mente mientras leía el libro: "Ourense-Bosnia", del grupo gallego Los Suaves y "One", de Metallica.
Feliz lectura.
8 comentarios:
Debe ser un buen libro, me lo apunto en la lista
Aissss... Los Suaves, me gustan =)
Del autor sólo he leído "De ratones y hombres" y me gustó bastante, repetiré con él segurísimo.
Me apunto este!
Besotes
Yo también lo apunto: Me gusta Steinbeck.
Me compré este libro hará unos 18 años (tú no habías nacido) pero al final no me lo leí, como tantos y tantos libros que me compro con muchas ganas y al final, parece que pierden el turno, y al final lo regalé.
Claro, si hubiera leído tu reseña, la cosa hubiera cambiado...
Pues apuntadísimo que queda, porque Steinbeck es uno de mis autores favoritos, yo también le conocí de cría, tendría más o menos la misma edad que tú o algo menos, cuando leí las maravillosas Tortilla Flat y El poni rojo y me enamoré perdidamente del autor. Este aún no lo he leído pero poco a poco me estoy haciendo con todas sus novelas. Bsos
El primer libro que leí de él fue "La Perla". Era también muy joven y me dejó marcada. Steinbeck es de esos autores que dejan huella.
Muy buenas, tiempo ha que no paro por estos lares, y mira por donde, va a ser para discrepar... Me desconcierta este autor, La Perla y Las Uvas de la Ira me gustan, pero los Hechos del Rey Arturo me horroriza, y varios títulos más entran en esta categoría. No puedo con el, que cosas.
En fin, nos leemos!
Roberto
Sonja, a mí personalmente me ha gustado mucho. Tal vez no sea uno de los más grandes de Steinbeck pero lo cierto es que me enganchó muchísimo.
Shorby, jejeje, es que Los Suaves son muy grandes, ¿verdad? De ratones y hombres es un libro hermosísimo, a mí me encantó.
@scen, a ver si te gusta, ¡ya nos contarás!
Loque, sigue usted sin reactivar el blog, ¿eh? Paso de cuando en cuando (como decía hoy en una entrada más reciente, hasta mediados de septiembre seguiré desaparecido, pero quiero ir poniéndome al día con los vuestros) pero nada, que voy a tener que empezar a psicoanalizarme en otro lado, jejeje.
Bueno, volviendo al comentario, no sé si te habría gustado de leerlo entonces, existiera mi entrada o no, pero lo cierto es que a mí me ha parecido muy interesante. Oye, ¿nunca te ha dado por preguntarle a quien se lo regalaste qué le pareció? Me pica la curiosidad, jejeje.
Carol, te ocurre como a mí: poco a poco voy haciéndome con los libros de los autores que me gustan, incluso aunque los leyera de niño o joven. Oye, no he leído Tortilla Flat ni Poni Rojo. ¡Me los apunto para buscarlos! ¡Gracias!
Sally, curiosamente a mí La perla me gustó pero no me llegó tanto como otras obras suyas. Siendo breve, posiblemente le dé una nueva oportunidad en un futuro no muy lejano.
Roberto, mira que venir a discrepar… Bromas aparte, lo cierto es que guardo un grato recuerdo de Los hechos del rey Arturo… pero lo leí de niño, como os comentaba. No sé si resistiría una nueva lectura de adulto y, de hecho, me hice con la bonita edición de bolsillo que publicó Edhasa no hace mucho, con las tapas en tela, ya que el que leí en su día era de la biblioteca pública y deseaba tenerlo, pero de momento no me he atrevido a releerlo. Por si las moscas. :)
Un fuerte abrazo y gracias por seguir ahí, a pesar del persistente silencio del blog estos últimos tiempos. ¡Nos leemos, por supuesto!
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