El primer recuerdo que tengo de Don Camilo es el de la portada del libro, en rústica y editado por Planeta, que llevaban algunos de los niños de uno o dos cursos por debajo del mío en el colegio. Era una de las lecturas obligatorias, aunque nosotros leímos a Hemingway (El viejo y el mar), Delibes (El príncipe destronado y El camino) o a Cela (Viaje por la Alcarria), entre otros.
No sé el motivo pero siempre me llamó la atención ese libro de Giovanni Guareschi, aunque sería años después cuando descubriría lo divertido de las aventuras del sacerdote gracias a alguna de las versiones cinematográficas que, protagonizadas por Fernandel en el papel de Don Camilo y Gino Cervi en el del alcalde Peppone, emitían por aquel entonces en televisión de cuando en cuando.
No hace mucho me hice con un par de libros de saldo de Guareschi y aproveché los viajes en bus para ir leyendo Don Camilo (Un mundo pequeño). Estructurado en capítulos en su mayor parte independientes —aunque alguno que otro hace referencia a alguna situación ya descrita—, a modo de cuentos, lo cierto es que se lee con agrado y rapidez. El humor y la ternura de que hacen gala los personajes son tremendos, y lo cierto es que me ha gustado sobremanera.
Las aventuras y desventuras del párroco del pueblo y del alcalde (generalmente comunista), de las fuerzas religiosa y política del lugar, no son patrimonio exclusivo de Guareschi pero es bastante probable que otros conocidos personajes del cine y la televisión deban tributo a su obra. Por ejemplo, recuerdo con cariño al “abuelo de España”, Paco Martínez Soria, y su personaje del cura en "Se armó el belén", y una de las series de televisión que desafortunadamente no continuó en antena pero que os recomendaría por su humor es la costumbrista “Padre Medina”, emitida en Andalucía (pero accesible a través de su página web) y basada en la gallega “Padre Casares”.
De cualquier modo, Don Camilo y Peppone no se andan con zarandajas y saben bien darse de tortas y poner en aprietos al contrario si llega la ocasión. Son mucho más rudos y chapados a la antigua que otras posibles parejas cura-alcalde, y además Don Camilo cuenta siempre con la inestimable ayuda del Cristo que, en la iglesia y desde su crucifijo, intenta poner siempre un punto sensato en la cabeza del buenazo pero descocado Don Camilo.
En resumen, Don Camilo, de Giovanni Guareschi, constituye una apuesta segura por la diversión.
¡Feliz lectura!
4 comentarios:
Pues fíjate que yo alguna vez he empezado a ver una peli de estas de Don Camilo y me ha entrado una fatiguita...
Yo creo que ya no estoy para curas, excepto quizá el de "Historias de la Radio" (qué ad-hoc)
Yo he leído algún libro de esta pareja y sí que me ha gustado.
Efectivamente, Don Camilo es una apuesta segura para la diversión... ¡y mucho más! De hecho detrás de la mayor parte de los relatos y de las situaciones se entrevén perfectamente los problemas de Italia en los años de la posguerra y las tensiones extremas, en ocasiones, entre el mundo católico (Don Camilo) y el comunista (el alcalde Peppone).
Te pondría aquí una reflexión más larga y elaborada, la verdad, pero es que me da pánico llenarte los comentarios con una especie de "entrada paralela".
Es que Guareschi me apasiona.
jeje la verdad aunque es muy viejo jamas lo habia oido... pero se ve bastante comico el sacerdote..
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