jueves, 19 de abril de 2012

Diario de Golondrina

Uno nunca es tan feliz como cuando encuentra el medio de perderse.
Últimamente me encuentro bastante disperso; entre el trabajo, la carrera y otras obligaciones autoimpuestas en aras de no convertirme en “basura tecnológica”, lo cierto es que tengo poco tiempo para nada. Eso redunda en un descenso terrible en las entradas de los blogs y en poco tiempo para leer, tal vez lo que más eche en falta. Mi ritmo de lectura ha descendido tanto o más que mi capacidad de concentración, y lo único que ha aumentado es mi insatisfacción hacia lo que escribo. Últimamente todo lo que sale de mis dedos me parece carente de inspiración, inane, sin chispa. De ahí que, aunque tengo varias entradas en la recámara, no me decido a dispararlas. También es el motivo por el cual últimamente estoy intentando leer libros breves, de cien o doscientas páginas, y estoy acariciando la idea de volver a los relatos, a esos cuentos escritos por verdaderos maestros y que tantas satisfacciones me dieron en el pasado.

El último libro que he leído (ayer mismo, en el trayecto de ida y vuelta al trabajo en transporte público) ha sido Diario de Golondrina, de Amélie Nothomb. Había oído hablar mucho y bueno de esta autora francojaponesa, hace tiempo a un gran amigo de cuyo criterio me fio ciegamente y algo después a algunos de quienes este blog frecuentáis. En particular, por las reseñas que ha ido publicando Isi siempre se me antojaron libros interesantes, y cuando fue la autora elegida para leer en Bibliolandia pude al menor conocer vuestras impresiones. Azote tiene algunos de ellos en francés, pero no fue hasta que el otro día, cuando encontré este libro en la biblioteca pública que, finalmente, me hice con algo suyo.


Estamos ante un libro breve, muy breve, aunque esta parece ser la tónica de la autora a la hora de escribir sus novelas; lo hace en cuadernos, siendo esta novela uno de ellos. Si es el caso, lleva a cabo un juego metaliterario más que evidente, del tipo que le gusta a Paul Auster, donde en la autoría de la historia se dan la mano la autora y el protagonista principal. Diario de Golondrina nos acerca a la figura de Urbano, un repartidor de nombre antes desconocido, que tras un desengaño amoroso y una pérdida total de la capacidad de sentir emociones, se convierte en asesino a sueldo que adopta ese nombre.

Nothomb describe la desazón de un personaje que, desahuciado del mundo de los sentimientos, solo encuentra placer en lo extraño, en aquello que le resulta nuevo y desconocido. Siendo así, no es de extrañar que en su afán por encontrar algo que le estimule llegue a aceptar el trabajo de asesino a sueldo. Cuando descubra cuánto le excita arrebatarle la vida a seres desconocidos se habrá convertido en el más despiadado de cuantos asesinos contrata el ruso Yuri, que ejerce de intermediario entre estos y su desconocido mas omnipresente jefe.

Lo cierto es que el libro me ha gustado, tal vez porque la autora hace gala de su buen oficio con la pluma, aunque la historia parece poco creíble, un poco traída por los pelos, y el final de la novela resulta abrupto, demasiado abierto y con un desenlace previsible. También he leído que Amélie Nothomb suele ser mucho más caustica, más irónica en otros libros. Este, por lo pronto, me ha animado a leer más obras suyas, así que ya os iré contando.

¿Y a vosotros? ¿Qué os parece Nothomb? ¿Y esta obra suya? Contad, contad…

7 comentarios:

Psicólogos en Móstoles dijo...

no te preocupes por la falta de inspiración, es algo que no se fuerza, la motivación si :)

Shorby dijo...

Es una autora que me gusta bastante, peeeero es de esas que o gusta mucho o no gusta nada =)
Este lo tengo pendiente!

Besotes

Marta Marne (Leer sin prisa) dijo...

Me encuentro en tu misma situación, no encuentro la inspiración para el blog y me cuesta horrores reseñar, cada vez más.
Y sobre este libro, lo tengo a la espera en mi librería. Adoro a esta mujer, y aunque el final de sus libros no siempre me convence, el resto del libro si. Sé que los acabaré leyendo todos. Y te animo a que pruebes algo más de esta autora.

Homo libris dijo...

Psicólogos, ciertamente es así, pero no deja de ser frustrante cuando se mantiene en el tiempo. No desesperaremos, no obstante. :) ¡Gracias!

Shorby, a mí la verdad es que me ha gustado, si bien al parecer no es el mejor de sus libros. Tendré que hacerme con más y ver qué tal. A ver qué te parece a ti este Diario de Golondrina, ya nos contarás. :)

Atram14, creo que son fases por las que pasamos, altibajos que nos hacen alejarnos de la escritura. A veces llegan al declive (no hace mucho hablaba de ello con uno de mis blogueros preferidos, cuando conseguimos conocernos en persona), y al parecer es algo que nos termina por suceder a todos. Habrá que mantenerse a flote entretanto. :)

En cuanto a Nothomb, seguiré probando algo más. El libro me ha gustado, como os decía, y sobre el final, veo por tu comentario que no es exclusivo de este libro. En fin, no hay nada perfecto. :)

Gracias por pasar por aquí.

Abrazos.

Isi dijo...

Había leído la reseña el otro día, pero no tuve tiempo de comentar, sorry.
Pues casi no me acuerdo de este libro... he leído mi propia reseña y tampoco ha arrojado mucha luz sobre mis recuerdos, y es que los libros de la Nothomb son tan cortitos, y enseguida lees otro y se te olvida el uno... y así...
Seguro que vuelves a picar (porque sus libros son como picar entre horas; y enganchan!!)
Yo, por mi parte, tengo pendiente su más famosa obra: Estupor y temblores, que parece mentira que yo (yo!) no lo haya leído todavía ;)

Besos!!

Homo libris dijo...

Isi, pues precisamente esta tarde pasaré por la biblioteca y creo que sacaré algunos más suyos. En este mes preexámenes creo que voy a leer básicamente relatos o novelas cortas. Ya os iré contando, pero de momento voy a ver si está esa Estupor y temblores que tienes pendiente. ;)

¡Ah, y a ver si los reseño antes e olvidarlos, pues como bien dices son supercortitos! :)

Besos.

Anónimo dijo...

Me encanta esta autora. la descubrí hace unos cinco años y me he leido muichisimos libros de ella. Biografía del hambre me marcó. Te lo recomiendo