martes, 22 de mayo de 2012

153.º aniversario

Un suave golpe sobre una puerta, un mugido desde el interior, y me encontré frente al profesor Challenger. Estaba sentado en una silla giratoria tras una amplia mesa cubierta de libros, mapas y diagramas. Su apariencia me hizo contener la respiración. Esperaba encontrarme con un hombre poco corriente, pero nunca ante una personalidad tan subyugante como la suya. El tamaño de su cuerpo y su imponente presencia eran los principales factores del efecto que producía conocerle. Su cabeza era enorme, la más grande que recuerdo haber visto. Su cara y su barba hacían recordar a los toros de la escultura asiria, especialmente la barba, tan negra que por momentos daba reflejos. azules, cuadrada y rizosa, que se extendía hacia abajo sobre su pecho. Sus ojos de color azul grisáceo miraban desde la sombra de espesas cejas negras, con expresión clara, crítica y dominante. Sus hombros amplios y un pecho del tamaño de un barril era lo único que aparecía desde detrás del escritorio, esto y dos enormes manos cubiertas de largos vellos negros.
Tal fue mi primera impresión del notorio profesor Challenger.

Arthur Conan Doyle, El mundo perdido.
Aunque su personaje más afamado es, qué os voy a contar, Sherlock Holmes, el autor que nació tal día como hoy en Edimburgo, 153 años atrás, escribió una obra que es una de mis novelas de aventuras y ciencia ficción preferidas de cuantas leí (y releí) en mi infancia: El mundo perdido. En ella nos dejamos arrastrar por la figura, atrayente y repulsiva a un tiempo, del profesor Challenger, un científico de bruscos modales que solo vive para la investigación y que en esta novela nos anticipa un Parque Jurásico mucho más apasionante, a mi parecer, que el de Crichton.

El mundo perdido no sería la única novela de Conan Doyle que contase con Challenger como protagonista (vendrían después La zona ponzoñosa, La tierra de la niebla, Cuando la Tierra lanzó alaridos y La máquina desintegradora), pero sí que es la que guardo en la memoria con mayor cariño.

Sirva de homenaje al escritor esta descripción de su personaje tanto como, por supuesto, las lecturas de sus obras que deseéis compartir aquí.

3 comentarios:

Dr. Litos dijo...

Una obra fantástica, en todas las acepciones de la palabra; yo la leí yade mayorcete, y aun así me pareció una maravilla. Imagínate en el tiempo que se publicó, cuando aún quedaba mundo por descubrir y estos viajes podían parecer menos fantásticos.

Sigo soñando con una adaptación a para la gran pantalla que estuviese a la altura, una película con los efectos y técnicas actuales pero el espíritu aventurero que destila el libro. En fin, por soñar que no quede, para eso están los libros, no?

Carol dijo...

Fíjate que no conocía muy bien esta novela, me sonaba lejanamente pero ni sabía que era del gran Conan Doyle. Me quedo con todas sus fantásticas historias de Holmes que me encanta, aunque me apunto a este homenaje con el propósito de conocer el resto de su obra. Bsos

Homo libris dijo...

Dr. Litos, yo la leí de niño pero la he releído en alguna que otra ocasión y siempre me ha encantado. Las adaptaciones cinematográficas de estos libros (muy vernianos, por cierto) fueron en el pasado bastante típicas y peor llevadas. Hay una muy antigua que no sé si conocerás pero que probablemente sí que hayas visto en alguna ocasión. Es cine mudo, de 1925. Te dejo aquí un enlace a la Wikipedia.

Si llegase hoy día al cine me temo que sería un chasco (por lo poco en serio que se suelen tomar estos proyectos), pero nunca se sabe. Lo mismo nos sorprende, como en su día la adaptación de El señor de los anillos. ;)

Carol, aunque creo que todos nos confesamos muy fanes de Holmes, lo cierto es que Conan Doyle tiene muchos otros libros que, a poco que los descubramos, nos encantan. :)

Besos y abrazos.