jueves, 3 de mayo de 2012

Un puesto avanzado del progreso

Un puesto avanzado del progreso nos permite asomarnos a los orígenes de la que sería la novela más reconocida de Joseph Conrad, El corazón de las tinieblas. En esta obrita (por la extensión, no por lo agudo de la crítica social que la alienta), Conrad nos dibuja a unos personajes con la pluma cargada de ironía. 

Kayerts y Carlier son dos trabajadores que permanecen en la selva, en uno de los puestos de avanzadilla de una gran compañía comercial, y su único afán será lucrarse gracias a la imposición de duras condiciones de trabajo para los nativos y a las estratagemas que van imaginando que podrán llevar a cabo para destacar dentro de la estructura empresarial que les —así lo creen al menos— respalda. 

El autor aprovecha lo risible de ambos individuos para trazar las líneas de la despiadada colonización que sometió a los pueblos de África (o de Asia, o de América) al arbitrio de las naciones avanzadas de su época. Las relaciones con los pueblos indígenas fueron originadas únicamente por el interés económico de los países colonizadores, algo que permanece plenamente vigente en la figura de las compañías multinacionales que aún hoy siguen buscando obtener el máximo beneficio explotando los recursos naturales de aquellos países que cuentan con regiones que no han sido todavía esquilmadas por el hombre, o en el nuevo colonialismo que países como China llevan a cabo mediante la compra de tierras de cultivo en África

La editorial Traspiés, dentro de su colección de libros ilustrados Vagamundos, nos ofrece la oportunidad de deleitarnos con una magnífica obra satírica de Joseph Conrad, de reírnos del absurdo comportamiento de los protagonistas y, sobre todo, de reflexionar en torno a la importancia que tienen nuestras decisiones cotidianas en la configuración del mundo en el que queremos vivir. 
El miedo siempre permanece. Un hombre puede matar lo que hay en su interior: el amor, el odio, sus creencias, incluso sus dudas. Pero mientras se aferre a la vida, no podrá destruir el miedo; el miedo sutil, indestructible, terrible, que invade su ser, que tiñe sus pensamientos, que acecha en su corazón, que vigila en sus labios la lucha por el último aliento.
No puedo terminar la entrada sin invitaros a leer el libro, por supuesto, y sin desearos que paséis por el sitio web de Altotero, donde podréis leer un interesante artículo de Benigno Varillas sobre los pigmeos del Congo y su relación con los elefantes.

3 comentarios:

Shorby dijo...

Pues tiene muy buena pinta =)
Creo que es la primera reseña que leo del libro.

Besotes

Carol dijo...

Me gustó mucho Corazón en las tinieblas, así que este libro puede ser una magnífica manera de completar lo que cuenta en aquel. Bsos

Homo libris dijo...

Shorby, pues espero que no sea la última. Realmente merece la pena y espero que no pase desapercibido. Seguro que te gustaría. ;)

Carol, si te gustó El corazón de las tinieblas has de leer este libro. Te encantará. :)

Besos.