martes, 23 de junio de 2009

Luces de bohemia

Hace meses que no leía ninguna obra de teatro, y la verdad es que me iba apeteciendo. Aprovechando un interludio lector entre obras de gran envergadura (en número de páginas), he tirado de fondo bibliotecario para leer, saltando de la edición de papel a la digital que incorpora la biblioteca “libre” del Papyre, la maravillosa obra Luces de bohemia, de Valle-Inclán.

Cuando estudiábamos en la extinta EGB a los autores más representativos de nuestra lengua, las facciones del autor de luenga barba se me grabaron a fuego, y precisamente su inconfundible imagen me ha acompañado mientras leía Luces de bohemia, una obra magistral cuya lectura, de forma difícilmente justificable, aún no había acometido.

Con Luces de bohemia, Valle-Inclán crea un nuevo género teatral, el esperpento, mediante el cual pretende reflejar una sociedad grotesca, deforme, pútrida. El esperpento desfigura la estética de cuanto narra, recurriendo a figuras literarias como la cosificación de los personajes, o la animalización de los mismos, así como a una deformación de la realidad que busca su caricaturización. Así, en Luces de Bohemia, asistimos en poco más de veinticuatro horas a la caída de Max Estrella, un verdadero genio literario –que podría estar inspirado en Alejandro Sawa, un amigo del autor fallecido con anterioridad a la publicación de la obra-, un bohemio casado y con una hija, que vive sus últimos años en las tinieblas de una cruel ceguera, y que aun a pesar de ello es capaz de vislumbrar la realidad con más lucidez que muchos de los que le rodean. Le acompaña en sus andanzas Don Latino de Hispalis, un aprovechado amigo que hace honor al refrán de que, existiendo amigos como él, quién necesita enemigos.

Max Estrella y Don Latino deambulan por el Madrid de principios del siglo XX, encontrándose con usureros y prostitutas, con obreros manifestándose y con intelectuales que viven desenfadadamente su pobreza. Gracias a él, Valle-Inclán traza con agilidad un retrato de las miserias de una España en la que, como afirma uno de los personajes de la obra,
En España el mérito no se premia. Se premia el robar y el ser sinvergüenza. En España se premia todo lo malo.
En definitiva, se trata de una pieza de gran calado, que se lee en un suspiro, imprescindible para acercarse a la obra del autor gallego.

22 comentarios:

Maribel dijo...

Vengo a quejarme!!, no me da tiempo de comentar en todas las entradas tuyas que me gustan.
Falto unos días y dios mio!!
Pasee hace poco en madrid por la calle donde Valle ambienta la novela y hay una placa dedicada a Max Estrella!!
Veo que además de buenos ensayos también te gusta el teatro, prueba a leerlo en compañía, te engancha!!
Seguimos siempre que podemos a la Compañía Nacional de Teatro Clásico, y después repasamos la obra, todo un clásico del Guisante, manias que tiene uno, je, je!
Espero ponerme al día un siglo de estos!!

Maribel dijo...

Perdón, perdón, que no me fustigue Azote, he puesto Madrid con minúscula!!

Elwen dijo...

Pues andaba yo estos días pensando en qué obra de teatro abordar para el Reto. Me apuntaré esta aunque lo mismo opto por alguna de Shakespeare que hace tiempo le tengo ganas

Homo libris dijo...

Maribel, no te quejes mujer... Más vale que no te de tiempo a comentar porque haya escrito y las entradas te gusten, a que tengas todo el tiempo del mundo porque no lleguen a gustar, jejeje :P Bromas aparte, la verdad es que tu ausencia se hace notar, tanto en éste como en otros muchos blogs. ¿Qué tal terminó la semana? Espero que no fuese tan estresante como barruntabas al comienzo de la misma.

En cuanto a Madrid, tengo una visita pendiente, a ver si pudiera ser en el mes de julio, y me gustaría que fuese una visita muy librera :)

Tomo nota de la lectura del teatro en compañía. Como a vosotros, me encanta asistir a la representación de una buena obra, aunque admito que voy mucho menos de lo que quisiera. A ver si retomo las buenas costumbres pronto :)

¡Y sí, cuidado que el Azote está siempre al acecho! :D

¡Saludos!

Homo libris dijo...

Muy buenas, Elwen, ¿qué tal?

La verdad es que es una obra muy interesante, así que si quieres usarla para el reto, adelante. En cuanto a Shakespeare, sin duda es una apuesta segura. Por la trama, también podría gustarte Peer Gynt, obra que traje al blog en sus primeras entradas.

Yo también tengo que ponerme a mirar las iniciales de los autores, a ver si voy descubriendo alguna carta que otra :)

¡Saludos!

Carmina dijo...

Si algo tengo que agredecer primero a mi colegio y mas tarde a mi instituto es uqe me sobrecargaran con lecturas de clasicos que todavia siguen en la estanteria de casa mi madre, unos los leia por obligacion, otros años mas tarde los compre por devocion, pero hace muchisimo tiempo que no leo clasicos, quizas cogi un empacho muy grande hace unos años, pero recuerdo perfectamente Luces de Bohemia, recuerdo la impresion que me causo y lo que me gusto la obra que me llevo a leerme otras tres del mismo autor, sin embargo no recordaba su aspecto fisico, se ve que mi memoria fotografica no es tan buena como la de textos y autores

Homo libris dijo...

Carmina, sin duda una de las bendiciones de la enseñanza es acercarnos a clásicos que debemos conocer, pero también existe el riesgo del rechazo ante lo impuesto. He ahí un frente abierto en la enseñanza que tiene difícil solución. Como siempre, cada persona es un mundo, así que no hay fórmulas magistrales para llevar a cabo la gestión más eficaz y adecuada.

En cuanto a la memoria fotográfica, lo cierto es que adoro a los personajes bohemios, que se apartan en la ética y la estética de la sociedad imperante, se desmarcan de ella o, simplemente, parecen genios despistados. Valle-Inclán siempre me pareció uno de ellos, como por otro lado también se le asemeja en el aspecto físico Sam Savage, el autor de Firmin.

Saludos.

Ismael Cruceta dijo...

muy buena la entrada. Yo llevo años queriendo leer esta obra, y no sé por qué motivo lo retraso siempre... de este verano no pasa!!
un saludo.

Ascen dijo...

Yo también la tengo pendiente...
Hay que corregir esto.

Homo libris dijo...

Muchas gracias, Ismael, y bienvenido. A mí, como habrás visto, me ocurría lo mismo; Luces de bohemia era una asignatura pendiente dentro del teatro español del siglo pasado. Tanto a ti como a Ascen, os la recomiendo encarecidamente.

Me encantaría verla representada, así que estaré al tanto por si alguna compañía la presentase cerca y pudiera ir.

Saludos.

Maribel dijo...

Me dices que te vas de visita por Madrid,
descubrimos esta librería la última vez: La Buena Vida, en el 10 de la Calle Vergara, cerca del Teatro y el Palacio Real.
Tiene un club de lectura del Tristan Shandy, te puedes tomar un café, es pequeñita y tiene web para que decidas, por cierto presentaban todo tipo de artilugios como el tuyo, je, je... (papyre igual no)

Ya, ya, voy con la cena, ya..., este blog me abduce!
;-)

Homo libris dijo...

Uy, pues me anoto la recomendación. Cuando vayamos tendremos que visitar esa librería. De hecho, tengo pendientes algunas entradas precisamente sobre este tema librero, así que a ver si me pongo las pilas y los escribo, jejeje.

Ya estoy ansioso por ir a explorar librerías, y vuestras recomendaciones me hacen despertar el instinto cazador :) ¡Muchas gracias! Y ahora, que aproveche la cena (bueno, ya la del jueves, jeje).

¡Saludos!

Azote ortográfico dijo...

Oh, Dios, The life and opinions of Tristram Shandy, gentleman contiene algunas de las digresiones más prolongadas y divertidas de la historia de la literatura inglesa. Además, la traducción de Javier Marías es una de las más logradas que he tenido ocasión de conocer (no en vano fue Premio de Traducción Fray Luis de León en 1979). Yo lo leí en versión original y posteriormente en español y me sorprendió lo conseguido de la traducción. Siempre se pierden cosas cuando se traduce (ya se sabe aquello de "traddutore, traditore") y hay tendencias que afirman que una obra traducida se convierte en una obra nueva y diferenciada de la original, pero en este caso, salvo por el título, cuyo orden modificó, la traducción es una magnífica forma de conocer este libro si no se domina el inglés a fondo.

Después de mi particular digresión sobre Tristram Shandy, comentar Luces de Bohemia me supone perder toda la objetividad porque es, sin duda, una de mis piezas teatrales favoritas de todos los tiempos, junto con Waiting for Godot de Samuel Beckett. Valle-Inclán supo retratar, aun en clave de humor, la crudeza de lo miserable y el modo en que la inquina es el mejor, por no decir el único, trampolín para llegar a ser alguien en la sociedad española de los años 20.

Qué poco hemos cambiado desde entonces.

Saludos.

Homo libris dijo...

Jo, ooootro libro para la saca, la traducción de Marías del Tristam Shandy. La verdad es que Javier Marías es un verdadero genio literario, y su labor tanto como escritor como de traductor e, incluso, en la función de editor, es encomiable. Únicamente me choca su reticencia ante las nuevas tecnologías (por algunas declaraciones poco afortunadas que hizo sobre nuestra afición bloguera), pero en lo que respecta a la literatura es, como digo, uno de los grandes.

Respecto a cómo somos, en efecto, a mí me vino a la cabeza este mismo pensamiento: no cambiamos en lo esencial, sino en las formas. Así, descubrimos que los mismos despropósitos que provocaron el hundimiento de grandes civilizaciones y el desplome de toda honra para cualquier individuo se siguen repitiendo a día de hoy, en cada momento. Por desgracia, parece que fuera el sino de la humanidad el perecer a manos de nuestra propia tozudez.

Saludos.

lammermoor dijo...

También ando deshojando la margarita de que obra de teatro leer (es la única carta que me queda para la escalera de géneros) Dudo entre Lorca, Luces de Bohemia o un clásico griego porque los tengo en casa. También me apetecía Casa de Muñecas o algo de Arthur Miller. Voy a tener que hacer un sorteo.
Me encanta el teatro -más verlo que leerlo-y también a él le quería dedicar una entrada. Respecto a Valle Inclán, la única obra que vi suya fue "Sonata de Otoño".
Y ya que estamos hablando de teatro, no me gusta nada que "me trasladen las obras". Eso de "modernizar" una obra del S. XVIII y cambiar el lenguaje o el vestuario. ¡NADA DE NADA!

Tomo nota de la librería que dice Maribel. Quiero ir dentro de poco a Madrid y quizás pueda hacercarme.

Homo libris dijo...

Lammermoor, la verdad es que la oferta de teatro es amplia, y las obras que enumeras son todas de primera línea. Si hay amantes de Héroes del Silencio por ahí, me gustaría recomendarles La sirena varada, de Alejandro Casona. Una comedia, como la describió el autor, de un humor rebuscado y en ocasiones cruel, que enfrenta realidad y fantasía de una forma única.

En cuanto a la “modernización” del lenguaje, estoy completamente de acuerdo contigo. En cualquier caso, el teatro se reinventa a sí mismo, y es cierto que en ocasiones la revisión de alguna obra clásica gana en frescura con este tipo de experimentos artísticos. Sin duda, hay lugar para ambos tipos de representación teatral, y en tanto se consigan así nuevos adeptos, sin duda el Teatro y la Cultura habrán salido ganando.

Saludos.

Eva dijo...

Puff! pues hace siglos que yo leí este libro, ya ni me acuerdo. Lo que me faltaba no tengo tiempo para leer los libros pendientes que ahora me voy a poner a releer libros antiguos. ¡AY!
Todo sea por el reto, aunque yo me tenía planteado otro, no sé, se verá.

Homo libris dijo...

Eva, cuidado que no vaya a oírte Borges desde la tumba. Él se vanagloriaba de los libros que había leído, y también leía a los clásicos antes que a sus contemporáneos.

Es cierto que la lista de libros pendientes crece y crece sin parar, pero no lo es menos que las relecturas nos aportan nuevas visiones de los libros que desconocíamos, se nos pasaron por alto en anteriores lecturas o, simplemente, no supimos ver.

En cuanto al reto, existe una amplia variedad de obras teatrales: ¡a ver con cual nos sorprendes!

Saludos.

lammermoor dijo...

Homo Libris, estoy completamente de acuerdo contigo respecto a las relecturas. También en que El Hereje no es la mejor obra de Delibes. ¿De donde saqué que no habías leído nada suyo? En cualquier caso, si no leíste El Camino, creo que te encantaría.

Y por lo que respecta a la humanidad, estoy convencida -creo que ya lo dije en el blog de Teresa- de que aparte "los trastos tecnológicos" en lo esencial seguimos siendo exactamente iguales que los primeros humanos.

Homo libris dijo...

Lammermoor, la verdad es que no sé que pudo llevarte a pensarlo (puede que algún comentario en el que hablé de Delibes, y que pudiera haber quedado ambiguo,o que interpretases al revés). Miguel Delibes, como os decía, es uno de mis autores de cabecera, y a los que más admiro (a ver si alguna vez consigo escribir bien y con la mitad de concisión que él). Tengo muchos libros suyos por leer, pero sí que me encantaron, por ejemplo, El camino, que nombras, Las ratas y, por supuesto, Los santos inocentes. También me encantan sus relatos, sus cuentos sobre Castilla, sobre la infancia y la muerte. Tanto de esto, como de las relecturas, me están dando ganas de escribir algo. Posiblemente no antes del fin de semana, pero sí la semana que viene. ¡Veremos a ver! :)

Saludos.

Anónimo dijo...

Homo Libris:

Me uno al reclamo de Maribel...estuve ausente una semana y ¡qué barbaridad! ¡cuántas entradas tan interesantes! ya no se ni qué opinar porque llego con bastante retraso (pero llego ;))

Yo ya me leí "Las Brujas de Salem" para el reto...es de los libros ya leídos que me hace falta reseñar...ayyy ya veremos cuándo me da tiempo de hacerlo.

Saludos a todos,

Ale.

Homo libris dijo...

Ale, ¡si a mí me ocurre cuando salgo un fin de semana con vuestros blogs! ¡No saco tiempo para ponerme al día!

Precisamente he llegado hace un ratito, y voy a ello, a leeros.

¡Saludos!