lunes, 29 de junio de 2009
De los cuatro muleros...
sábado, 27 de junio de 2009
El/la perspectiva/o de género/a

Recientemente recibí un correo electrónico que venía encabezado del siguiente modo:
Estimadas/os amigas/os…
Porque si bien es cierto que el lenguaje puede tener matices sexistas, y la propia evolución del lenguaje en una cultura es permeable a estas inclinaciones, ya sean machistas o feministas, no es menos verdad que, en la mayor parte de los casos, la ciudadanía no es consciente de dicho sexismo en el lenguaje. Argüirán aquellos que se erijan como poseedores de la única verdad, que no percibimos matices sexistas de tan acostumbrados que estamos a comunicarnos de este modo, y posiblemente tengan parte de razón en ello. Pero deberíamos sentarnos a razonar si no será peor el remedio que la enfermedad. Por lo pronto, a “aquellos y aquellas” que opten por usar la perspectiva de género en sus escritos, ya sea duplicando el género de sus oyentes, intercambiando vocales o insertando novedosos y tecnológicos símbolos como la arroba (@), deberían plantearse si no están incurriendo en el mismo defecto que pretenden erradicar. Porque, puestos a ser política y genéricamente correctos, ¿deberíamos dirigirnos a nuestros oyentes según su sexo o su sexualidad? Así, tendríamos mujeres heterosexuales, hombres heterosexuales, mujeres homosexuales, hombres homosexuales, mujeres bisexuales, hombres bisexuales, transexuales (y alguna otra combinación que ignoro, o prefiero ignorar, que para el caso es lo mismo). De otra forma, señoras y señores, estaríamos obviando a parte de nuestra sociedad, sumiéndolos en el más horrible de los vacíos. Y podríamos escribir, dirigiéndonos a todos/as/es/@s/xs/ys los/as/es/@s/xs/ys ciudadanos/as/es/@s/xs/ys que, ¡albricias! recibirían nuestro texto con todo tipo de parabienes, aunque no hubiese ser humano/a/e/@/x/y en el mundo capaz de sacar la más leve pizca de información de ahí… o de no morir en el intento.
El idioma, señoras /es/os/@s/xs/ys, es el que es porque siglos de evolución le han hecho así. En estos tiempos de prisas, en los que lo queremos todo para anteayer, corremos el riesgo de dañar, destruir y hacer desaparecer uno de nuestros legados culturales más importantes: la lengua. Y todo ello en aras de ser más buenos y correctos. Aunque dejemos el alma por el camino, primando las formas sobre el fondo.martes, 23 de junio de 2009
Luces de bohemia

En España el mérito no se premia. Se premia el robar y el ser sinvergüenza. En España se premia todo lo malo.En definitiva, se trata de una pieza de gran calado, que se lee en un suspiro, imprescindible para acercarse a la obra del autor gallego.
domingo, 21 de junio de 2009
Retrocediendo en la Historia con Antonio Muñoz Molina
viernes, 19 de junio de 2009
Y dijo Aquiles...

Hijo de Laertes, divino de mente astuta, es mejor que hable claro y diga lo que pienso, y lo que sucederá: así nos evitaremos seguir charlando inútilmente. No hay en la tierra ni un solo aqueo que pueda convencerme de que abandone mi ira. No podrá hacerlo Agamenón, ni podréis hacerlo vosotros. ¿Qué provecho obtiene quien combate, siempre, sin tregua, ante cualquier enemigo? El destino es igual tanto para el animoso como para el bellaco, igual es el honor para el valiente que para el cobarde, y mueren igual el holgazán y el esforzado. Nada me queda después de haber sufrido tanto, después de haber arriesgado mi vida en todo momento en el corazón de la batalla. Como un pájaro que lleva a sus polluelos la comida que con tanto esfuerzo ha conseguido, del mismo modo pasé yo muchas noches insomnes, y muchos días dediqué a luchar contra el enemigo en el campo ensangrentado.
[...]Ve a donde esté Agamenón y refiérele lo que te he dicho, y hazlo en voz alta, delante de todos, de manera que los demás aqueos sepan qué clase de hombre es, para que tengan cuidado, no vayan a ser engañados ellos también. Yo os digo que, por muy desvergonzado que sea, no volverá a tener el valor de mirarme a los ojos. Y yo no iré en su ayuda, ni combatiendo, ni dándole consejo; ya he tenido bastante, que se vaya al diablo, nada puedo hacer si se ha vuelto loco. Él ya nada me importa, y odio sus presentes: aunque me diera diez, veinte veces cuanto posee, aunque me ofreciera tantos bienes como granos tiene la arena, ni siquiera así lograría doblegar mi corazón. Antes tendrá que pagar, hasta el fondo, la horrible ofensa con que me ha herido.
Un nuevo premio

- Poner el logo en el post o en el blog.
Listo, ya está arriba del todo. - Nominar al menos otros 5 blogs que muestren una gran actitud y/o gratitud.
Aquí está el lado difícil. Veamos, veamos…- From Isi, por su faceta melómana e inquietudes vampirescas con "el Drácula".
- Lo que me ahorro en psicoanálisis, por hacernos reír hasta en los días más duros.
- Midnight Eclipse, porque creo que Elwen no tiene aún este premio, porque así la “obligo” a escribir un poquito, y porque realmente lo merece por su atención y cordialidad.
- Fenixcidio, por su amor felino, y por compartir sus artículos, siempre extensos e interesantes.
- El Guisante Verde Project, por descubrirles hace tiempo, perderles la pista con mi lector de RSS y haberles reencontrado a través de este blog. - Asegurarse de enlazar bien a los nominados en el post.
Bueno, eso debería ser algo implícito en lo anterior, pero en fin, revisaremos. - Hacerles saber que han recibido este premio mediante un comentario en su blog.
A ello voy. - Esparcir el amor y no olvidarse de enlazar a quien te premió.
Dicen en mi tierra que es de bien nacidos ser agradecidos. Aquí queda constancia de lo bien que me enseñaron.
miércoles, 17 de junio de 2009
En la oscuridad de la noche

lunes, 15 de junio de 2009
Granada, tierra soñada por mí...

domingo, 14 de junio de 2009
Cuentos populares rusos

Por supuesto, me llevé el primero de los tomos a casa, y comencé a devorarlos sin freno. Me encantaban esas historias de agudos viejitos y malvadas ancianas, de hijos terceros de campesinos que se imponían, con su imaginación e inteligencia, a sus hermanos mayores, avariciosos y torpes. Me aterraba la presencia de la bruja Baba-Yaga, montada en su almirez, recorriendo los espesos bosques nórdicos y la estepa infinita. Las cabañas con patas de gallina, los lechos sobre el hogar de estufas de ladrillo, para mantener el calor durante toda la noche fría de la Siberia, o las versts recorridas por un caballo que permitía atravesar sus orejas a un joven leñador para salir convertido en un zarevich se convirtieron en referencias continuas de las noches de invierno. Me levantaba justo cuando mi hermano menor se quedaba dormido para continuar leyendo (siempre agradeceré a mis padres esta relajación de las normas que me permitía prolongar las horas de lectura, aunque para los días en que esto no era posible guardaba en la recámara una pequeña linterna con las pilas recién cargadas y uno de los libros de Jim Botón y Lucas, el maquinista, de Michael Ende) estos cuentos imperecederos. Posteriormente, los releería todas las Navidades, y esta tradición se ha mantenido hasta la fecha, aunque sea leyendo un par de cuentos, y no uno de los libros por completo.
Afanásiev se dedicó, a mediados del siglo XIX, a recopilar los cuentos tradicionales eslavos que, difundidos hasta entonces por tradición oral, conformaban un acervo cultural propio de la idiosincrasia rusa. El resultado de su trabajo fueron ocho volúmenes, con 680 cuentos que estaban en peligro de desaparecer ante la revolución campesina previa a la instauración del socialismo, y a la asimilación de los usos y costumbres del sur de Europa. Además de recopilar estos cuentos, trabajó durante toda su vida en el Archivo Central del Ministerio de Asuntos Exteriores, y fue un enamorado de la Literatura, la Historia y la Etnografía. De estas pasiones se derivaron varios ensayos y artículos periodísticos, como Historias de los cosacos, El Domovói o Brujos y Brujas, entre otros.
Como ya avanzaba, la temática de estos cuentos es innovadora, para quienes nos acercamos desde una cultura distinta, evocadora de lugares lejanos y maravillosos, y la prosa de Afanásiev está repleta de palabras exóticas que hacemos nuestras. Las historias se repiten con variaciones, algo habitual en la tradición oral, ya que todos estos cuentos conforman el corpus narrativo de la clase trabajadora (en aquella época, fundamentalmente campesina), y así es habitual encontrar alguna que otra historia que se asemeja a otra que hemos leído pero incluyendo, eso sí, algunas variaciones.

Poco más puedo decir sobre estos cuentos, mas que invitaros a descubrirlos si no los conocéis y a disfrutar de ellos leyéndolos en alguna de las ediciones existentes en la actualidad, aprovechando que han vuelto a ser editados en español, ya que durante unos años estuvieron en la siniestra oscuridad del “fuera de catálogo” editorial. He de confesar que la edición actual pierde, respecto a la original que conocí, el encanto de las ilustraciones que en su día realizase Bilibin, pero qué le vamos a hacer; los tiempos cambian inexorablemente. También podéis aproximaros a los cuentos populares rusos gracias a la edición electrónica que la Biblioteca Virtual Cervantes ha incluido en Internet. Y, por último, si os enamoráis de ellos, no dudéis en hacérmelo saber.
miércoles, 10 de junio de 2009
Cifras y letras
lunes, 8 de junio de 2009
Un encuentro demorado... mas afortunado

Reto: La cita
-Me parece que ya nunca podremos volver a la normalidad después de esto.
-Oh... dentro de unos meses ni nos acordaremos.
Knox mira por la ventana preguntándose si la habrá convencido. Una vez más, experimenta un vértigo de desastre inminente. Cuando se vuelve (¿segundos después, un minuto?; no está seguro), María se ha ido. Él ha quedado hipnotizado por la blancura del exterior. Los copos se posan como plumas, atrapando una capa de aire en el suelo, rozándose sólo por las puntas de los cristales.
La nieve perfecta para cubrir rastros.
Ahora debería nominar a otros cinco blogs para que procediesen a seguir con el reto. Y, como quiero interpretarlo a mi manera, no nomino a cinco blogs, sino a cinco bloggers, a hacerlo. A los cinco integrantes de El bibliófilo enmascarado, de los que tanto aprendemos y con los que tanto disfrutamos de una mutua y compartida bibliofília.
Saludos, y buenas noches.
viernes, 5 de junio de 2009
A punta de espada

Día Mundial del Medio Ambiente

Sí, colectivamente, nosotros, el pueblo, somos la fuerza que puede traer el cambio. Cada vez que salimos a comprar, cada vez que elegimos una comida en un restaurante, nuestras elecciones –lo que decidimos comprar o pedir- tiene importancia no solo para nuestra salud y equilibrio mental, sino también para el futuro del planeta. Afortunadamente, cada vez más gente se da cuenta de ello. Cada vez que un individuo cambia en su modo de vida, una persona más se apunta a la alimentación sana y ética.De la pluma de uno de nuestros más reputados científicos, Miguel Delibes de Castro, y de su padre, el gran literato Miguel Delibes, nos llegó hace unos años un libro interesantísimo para comprender los problemas que aquejan a la tierra, y discernir cómo podemos enfrentarnos a ellos. Se trata de La Tierra herida, una obra en la que padre e hijo dialogan, preguntándose mutuamente de qué modo podemos afrontar los problemas medioambientales y sociales que estamos creando y dejaremos por herencia a nuestros hijos. Trata temas como el cambio climático, la reducción de la capa de ozono, la desertificación o la pérdida de biodiversidad. Una obra magnífica que podemos encontrar en ediciones de bolsillo, la “normal” de tapa dura y una de lujo, acompañada por un impactante trabajo fotográfico.
Una novela que me encantó en su día (como ya lo hiciera años antes la versión cinematográfica, protagonizada por Harrison Ford) fue La Costa de los Mosquitos, de Paul Theroux, en la que un moderno Robinsón, genial inventor y descreído de la sociedad, aleja a su familia del consumismo imperante en Norteamérica para llevarles a la Costa de los Mosquitos, en Honduras, para hacer realidad su utópica forma de entender la vida. Un personaje que amaremos u odiaremos, pero que no deja a nadie indiferente.
Vosotros debéis enseñar a vuestros hijos que el suelo bajo sus pies es la ceniza de sus abuelos. Para que respeten la tierra, debéis decir a vuestros hijos que la tierra está plena de vida de nuestros antepasados. Debéis enseñar a vuestros hijos lo que nosotros hemos enseñados a los nuestros: que la tierra es nuestra madre. Todo lo que afecta a la tierra afecta a los hijos de la tierra. Cuando los hombres escupen el suelo se escupen a sí mismos.
Esto lo sabemos: la tierra no pertenece al hombre, sino que el hombre pertenece a la tierra. El hombre no ha tejido la red de la vida: es sólo una hebra de ella. Todo lo que haga a la red se lo hará a sí mismo. Lo que ocurre a la tierra ocurrirá a los hijos de la tierra. Lo sabemos. Todas las cosas están relacionadas como la sangre que une a una familia.
Extracto de la Carta del jefe indio Seattle.